Capítulo 11: La derrota

831 77 36
                                    

Capítulo 11: La derrota

Hola a todos! Bienvenidos una semana más a este fic! :D

Toca un cap... interesante. A leer! :3

HPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHP

Ese Sirius Black tiene un genio insoportable.

Se hizo el silencio. Decenas de personas se giraron para mirar a Sirius, quien levantó las manos en señal de derrota y dijo:

— Probablemente no debí romper el lienzo, pero tenía mis motivos.

A juzgar por las expresiones de la gente, nadie le creía.

Dumbledore se puso en pie y tomó el libro que le tendía Bulstrode, quien pareció muy aliviada al bajar de la tarima.

— El siguiente capítulo se titula: La derrota. ¿Quién se ofrece para leer? — preguntó en tono jovial, como si el capítulo anterior no hubiera terminado de forma espantosa.

Ningún alumno se atrevió a levantar la mano. Sus caras y las miradas de reojo que le echaban a Sirius eran un indicativo perfecto del porqué.

— Yo lo haré — se ofreció finalmente Madam Hooch, la profesora de vuelo.

Dumbledore le tendió el libro, haciendo una suave inclinación ante ella mientras se lo daba.

Madam Hooch, sin perder ni un segundo, leyó:

La derrota.

Harry tragó saliva. Le preocupaba un poco este capítulo. Si estaba en lo cierto, en él se iba a narrar aquel partido contra Hufflepuff en el que habían aparecido los dementores. Había sido la primera vez que había escuchado las últimas palabras de su madre antes de morir.

Pero eso no era lo peor. También había sido el partido en el que había jugado contra Cedric por primera vez.

Se había hecho a la idea de que tendría que leer todo lo ocurrido en cuarto curso, durante el Torneo de los Tres Magos y, en específico, durante la tercera prueba. Sin embargo, no había caído en la cuenta de que Cedric aparecería mucho antes en los libros.

El profesor Dumbledore mandó que los estudiantes de Gryffindor volvieran al Gran Comedor, donde se les unieron, diez minutos después, los de Ravenclaw, Hufflepuff y Slytherin. Todos parecían confusos.

— Al menos los Gryffindor sabían lo que había pasado — se escuchó gruñir a un chico de séptimo de Ravenclaw. — Los demás no teníamos ni idea.

Varios le dieron la razón.

Los demás profesores y yo tenemos que llevar a cabo un rastreo por todo el castillo —explicó el profesor Dumbledore, mientras McGonagall y Flitwick cerraban todas las puertas del Gran Comedor—. Me temo que, por vuestra propia seguridad, tendréis que pasar aquí la noche. Quiero que los prefectos monten guardia en las puertas del Gran Comedor y dejo de encargados a los dos Premios Anuales. Comunicadme cualquier novedad —añadió, dirigiéndose a Percy, que se sentía inmensamente orgulloso—.

Percy se ruborizó intensamente.

Avisadme por medio de algún fantasma. —El profesor Dumbledore se detuvo antes de salir del Gran Comedor y añadió—: Bueno, necesitareis...

Con un movimiento de la varita, envió volando las largas mesas hacia las paredes del Gran Comedor. Con otro movimiento, el suelo quedó cubierto con cientos de mullidos sacos de dormir rojos.

Hogwarts lee Harry Potter IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora