Capítulo 18: La final de quidditch

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Capítulo 18: La final de quidditch

Hola a todos! Bienvenidos un domingo más a este fic :D

Ahora sí, a leer!

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— Menudo final — resopló Charlie. — Entre lo de Snape, lo de Lupin y lo de Buckbeak…

Dumbledore cogió el libro de nuevo.

— Creo que podemos leer uno más antes de hacer un pequeño descanso. El siguiente se titula: La final de quidditch, y tengo la impresión de que será más agradable que este.

Harry se inclinó en el asiento, emocionado. Aquella final de quidditch había sido uno de los mejores momentos de su vida.

Los murmullos excitados que siguieron a las palabras de Dumbledore mostraban que muchos Gryffindor recordaban perfectamente aquel día.

— ¿Algún voluntario para leer? — preguntó Dumbledore, que parecía mucho más animado que hacía tan solo un momento.

Esta vez, muchas manos se alzaron en el aire, principalmente por parte de alumnos de Gryffindor. Angelina levantó la mano con tanto ímpetu que casi se puso en pie, haciendo que Harry recordara a Hermione.

Al profesor Dumbledore debió hacerle gracia la ilusión de Angelina, porque sonrió y la seleccionó a ella.

Muy contenta, Angelina subió a la tarima y cogió el libro:

— La final de quidditch— leyó, y Harry oyó a Dennis Creevey murmurar:

— ¡Vamos Gryffindor!

Me ha enviado esto —dijo Hermione, tendiéndoles la carta.

Harry la cogió. El pergamino estaba húmedo; las gruesas lágrimas habían emborronado tanto la tinta que la lectura se hacía difícil en muchos lugares.

Se oyó una risita despectiva y Harry vio que había sido Pansy Parkinson la culpable. Varias personas la fulminaron con la mirada.

Querida Hermione:

Hemos perdido. Me permitirán traerlo a Hogwarts, pero van a fijar la fecha del sacrificio.

A Buckbeak le ha gustado Londres.

Nunca olvidaré toda la ayuda que nos has proporcionado.

Hagrid

Hagrid se sacó un pañuelo enorme del bolsillo y se enjugó las lágrimas. Muchos lo miraron con pena.

No pueden hacerlo —dijo Harry—. No pueden. Buckbeak no es peligroso.

El padre de Malfoy consiguió atemorizar a la Comisión para que tomaran esta determinación —dijo Hermione secándose los ojos—. Ya sabéis cómo es. Son unos viejos imbéciles y los asustó.

Harry miró de reojo a Malfoy. No sabía qué esperaba ver, pero ciertamente no había pensado que Malfoy estaría mirando hacia abajo, con la cabeza gacha y los labios apretados. Acostumbrado como estaba a ver a Malfoy lleno de orgullo, era un tanto extraño verlo así.

Aunque, a decir verdad, no tendría por qué estar tan sorprendido. No se le había olvidado la conversación que habían tenido el día anterior. Si Malfoy dejaba de seguir ciegamente los ideales de su padre… ¿cuánto podrían cambiar las cosas?

Pero podremos recurrir. Siempre se puede. Aunque no veo ninguna esperanza... Nada cambiará.

Sí, algo cambiará —dijo Ron, decidido—. En esta ocasión no tendrás que hacer tú sola todo el trabajo. Yo te ayudaré.

Hogwarts lee Harry Potter IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora