Capítulo 14: El patronus

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Capítulo 14: El patronus

Hola a todos! Bienvenidos una semana más a este fic :D Espero que estéis todos bien.

A leer! :D

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— Vale, te perdono — dijo Ron con rapidez. Harry supuso que, como él, no deseaba ver a Hermione llorando.

— Eh… el capítulo acaba ahí — dijo Goldstein, haciendo que todos volvieran a mirarlo a él en vez de a Ron y Hermione.

Dumbledore se puso en pie y tomó el libro que el chico le tendía.

— Bien, bien. Solo nos queda un capítulo por hoy. Se titula: El patronus. ¿Quién quiere leerlo?

Pocas manos se alzaron en el aire. El director echó un vistazo al comedor antes de señalar a Dean Thomas, que subió a la tarima rápidamente.

— El patronus — repitió. Y comenzó a leer sin más demora.

Harry sabía que la intención de Hermione había sido buena, pero eso no le impidió enfadarse con ella.

— Normal — dijo Oliver. No parecía nada contento con Hermione.

Había sido propietario de la mejor escoba del mundo durante unas horas y, por culpa de Hermione, ya no sabía si la volvería a ver.

— ¿Y si hubiera estado hechizada? — se defendió Hermione. — Hice lo que debía hacer.

Parecía más segura de sí misma ahora que sabía que Harry la había perdonado.

Estaba seguro de que no le ocurría nada a la Saeta de Fuego, pero ¿en qué estado se encontraría después de pasar todas las pruebas antihechizos?

— Se encontraría en perfecto estado porque los profesores encargados de llevar a cabo las pruebas son profesionales — dijo McGonagall, exasperada.

Harry evitó cruzar miradas con ella.

Ron también estaba enfadado con Hermione. En su opinión, desmontar una Saeta de Fuego completamente nueva era un crimen.

Wood asentía con ganas.

Hermione, que seguía convencida de que había hecho lo que debía, comenzó a evitar la sala común. Harry y Ron supusieron que se había refugiado en la biblioteca y no intentaron persuadirla de que saliera de allí.

Hermione pareció dolida al escuchar eso. Harry y Ron intercambiaron miradas, sin saber qué hacer.

Se alegraron de que el resto del colegio regresara poco después de Año Nuevo y la torre de Gryffindor volviera a estar abarrotada de gente y de bullicio.

Wood buscó a Harry la noche anterior al comienzo de las clases.

¿Qué tal las Navidades? —preguntó. Y luego, sin esperar respuesta, se sentó, bajó la voz y dijo—: He estado meditando durante las vacaciones, Harry. Después del último partido, ¿sabes? Si los dementores acuden al siguiente... no nos podemos permitir que tú... bueno...

Se oyó más de un bufido.

— Qué considerado — ironizó Katie Bell.

— Estaba siendo considerado — se defendió Wood. — ¿O acaso vosotros queríais volver a ver a Harry cayendo desde veinte metros de altura?

— ¡Claro que no! — exclamó Angelina.

Wood se quedó callado, con cara de sentirse incómodo.

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