10°: Una carta.

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[...]

El Goetia se removía entre sus sábanas de seda; se sentía de maravilla, aunque se había alojado un poco de dolor en sus caderas.

Se estaba acabando de levantar; al abrir sus párpados pudo notar que, fuera de los ventanales, estaba oscuro. Lo que daba a entender que era de noche ya. Lo comprobó al echar un rápido vistazo a su celular que se encontraba en una mesita de noche justo al lado de su cama.

El reloj marcaba las 7:42 p.m.

Al recordar todo lo que había pasado hace unas cuantas horas atrás, sonrió enamorado mientras un rubor algo fuerte se esparcía de manera veloz sobre sus mejillas. Volteó queriendo encontrar al causante de tantas emociones, mas no se encontraba allí; buscó con la mirada pensando en que se pudo haber levantado, pero no. No había señales de él.

No niega que se sorprendió ante este hecho.

Aunque su sorpresa se hizo más grande, como también su curiosidad, al hallar una nota que descansaba al lado suyo, donde originalmente debería estar el moreno. La miró, la tomó entre sus manos y empezó a leer lo que creía que le escribió Blitzø.

~~~•~~~

Querido Stolas.

Perdona por haberme ido sin avisar, sólo que te veías tan tierno dormido que no quise ser quien interrumpiese tu cálido sueño. También pensé y sé que, después de todo lo que hicimos, hayas quedado muy agotado.

De verdad que hubiese querido esperar y ver esos preciosos rubíes despertar, pero, como sabrás, tuve que ir al circo y atenderlo. Aunque mañana espero verte de nuevo, cariño.

Espero no haberte dejado tanto dolor en tus preciosas caderas. Lamento si llegué, en algún momento, a ser muy brusco.

PD: Sí entendí todo lo que me explicaste, eres excelente enseñando; gracias, Stols. ♥

Con amor, tu Blitzy. ♡⁠˖

~~~•~~~


Decir que estaba que se moría de felicidad, amor, ternura y uno que otro infarto por lo acelerado de su corazón por tal detalle, era poco. Cada día, cada hora, minuto, hasta los mismísimos segundos,  se enamoraba más de aquel moreno. Esto ya no tenía número para describir cómo se sentía.

Aunque se encontraba muy emocionado y no podía esperar hasta mañana y ver de nuevo al mayor, después vendría la parte insegura y preocupada de él. Sin mencionar que hay un pequeño problema del cual lo haría sobrepensar las cosas.

Hay algo que no lo deja tranquilo. Mejor dicho, un pequeño detalle...


[...]


En una gran y hermosa habitación, se encontraban descansando en una enorme cama. Cansados de la ajetreada actividad. Aunque Blitzø, el mayor, ya había despertado hace unos diez/quince minutos; estaba recostado en la cabecera de la cama mientras acariciaba sutil, delicada y tiernamente los cabellos del menor.

Ojos carmín, cual rubí | Stolitzø.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora