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____ Lodbrok

El viaje a Berk fue largo, más de lo que imaginé.
Una vez llegamos, el panorama aún no era malo, drago aún no llegaba.

—Todos diríjanse al establo, lleven lo más que puedan —mi esposo comenzó a dar ordenes, la gente aún confundida y en pánico atacaron la orden del jefe.

Por mi parte, dejé a mi esposo y fui a cambiarme ropa a mi hogar.

—si te vas así sin más, Hiccup se preocupará por ti —Astrid llego a mi lado.

—De verdad lo lamento, todo lo que paso entre ti e Hiccup—apenada me detuve para abrazarla—de haber sabido, no me habría casado con él.

Astrid correspondió a mi abrazo

—No es tu culpa, soy creyente de que los Dioses hacen las cosas por algo —me sonrió y se aparto a la vez que me tomaba de la mano para ir a mi hogar— además, me alegra que llegases, eres una muy buena chica.

Cambio el rumbo de caminata, habíamos llegado a su casa, la miré con confusión.

—deberás comenzar a cambiar la ropa de tu closet, tienes muchos vestidos y poca armadura, te daré algo de lo mío...¿sabes luchar? —me miró con preocupación.

—Claro, aunque en mi tierra natal nos hacían clases de kyokushin... —pensativa entre a su cuarto mientras ella escogía ropa para mi.

[...]

Hiccup Haddock

 Había organizado todo, el plan, armas. ubicaciones, todo para estar preparado para la llegada de Drago Manodura. Desvíe mi mirada hacia mis padres, se veían contentos, me acerque a ellos. 

 —Estoico, no puedo creer que dejases que nuestro hijo se casará por un matrimonio arreglado, ni tú fuiste capaz de algo así —molesta miraba a mi padre. 

 —¿A qué te refieres? —me acerque a mi madre mientras preparaba los cartuchos de mi espada. 

 —Digo que tu padre arranco el día de su boda para estar conmigo —sonrió con leve sonrojo, como si fuese una joven adolescente enamorada por primera vez. 

 —¿Mi padre? —dije sin poder creerlo. 

 —Sí, lo hice...si tu lo hubieras hecho te habría entendido. —mencionó mi padre a la vez que abrazaba a mi madre por la cintura.

Aquella frase me dejo pensando...si yo lo hubiese hecho...claro, no lo hice, no fui capaz de huir, pude haber vuelto con Astrid y haber huido con ella pero ninguno de los dos fue capaz de aquello, ella no lucho tanto al igual que yo por  nuestro amor. 

 Ahora, estoy experimentando cosas mas fuertes con ____, más fuertes que lo que sentí con Astrid alguna vez. 

 —Ey, cambia esa cara —escuché a Astrid a la distancia— se que la extrañas. 

____ Vestía armadura, una falda y botas, siempre la había visto con vestidos. 

—Te ves muy linda —sonreí acercandome a ella— quiero hablar contigo, no quiero que...lo que paso se quede así, tengo miedo de lo que hoy pueda suceder —noté como mi voz se hacia temblorosa— temo no poder ser sincero contigo otra vez y... 

 —Basta —río mi esposa a la vez que sujetaba mi mejilla— no fui tan madura al respecto, hablaremos de esto luego, en nuestro cuarto, tomanto un té ¿si? todo saldra bien —besó mi mejilla. 

 —Es muy linda, veo que se llevan bien. Cuando tu padre me hablo de este tratado, temí que fuesen infelices... —mi madre de detuvo al observar bien a mi esposa— eres tú... —se sorprendió más a la vez que se emocionaba. 

 —¡Señora Valka! hace años no la veía —mi esposa abrazó a mi madre con gran entusiasmo. 

 —¿De....de donde se conocen? —pregunte perplejo, no pude obtener respuestas, escuchamos a lo lejos muchos dragones acercandose. 

Nuestros dragones comenzaron a volar hacia drago. ¿Por qué? ¿Es capaz de controlarlos con el salvajibestia? 

 —No dejes que tome a chimuelo —mi esposa con preocupación fue con el mencionado, con sus brazos intentaba cubrirle los oídos. —el salvajibestia los controla. 

Los intentos de mi esposa por detener el control del salvajibestia sobre chimuelo no fueron suficientes, mi amigo fue dominado por aquel gran dragón. Corrí tras él, llamandolo en vano. 

¿Qué haré? ¿Cómo seré capaz de vencerlo si no tengo a chimuelo?

Guerreros de drago comenzaron a atacar nuestra gente, comencé a defender, al igual que mis amigos. Debía llegar a Drago en medio de todo este caos.

¿Cómo? 

 Mirando a mi madre luchar, lo recordé: las criaturas de dragón, bebés, son indomables. 

 —¡Vengan! —exclamé llamando a mi grupo de amigos, ví a mi esposa lanzarle una patada en la cara a un sujeto. No pensé que fuese capaz de defenderse así. 

Una vez mis amigos estuvieron a mi lado, les explique el plan. 

 —Ayudaré desde aquí, sabes que aún le temo a los dragones.—mi esposa dejo un rápido beso sobre mis labios. 

 —Hablaremos en nuestro cuarto, tomando té —le sonreí por aquel beso. 

Retome el plan con mis amigos, debiamos ganar esto. 

Quiero paz. 

Quiero volver a la paz de nuestro cuarto, de despertar a su lado cada mañana y que me ofrezca su linda y cálida sonrisa. 

Tratado Nupcial  (Hiccup y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora