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Hiccup Haddock

Transcurridos ya seis meses desde mi matrimonio con _____, había logrado conocerla más. Odiaba el agua fría puesto que sus manos se congelaban, tampoco le gustaban las gallinas, cuando era pequeña una gallina la hirió, de ahí les tiene miedo. Amaba ir al muelle solo para observar el movimiento de las olas y sentir el frío en su rostro, según ella le resultaba refrescante. 

Tiene dos pequeños lunares en la mejilla...y su piel se ve bastante suave en cuanto el sol entra por la ventana.

Acaricié su mejilla, era verdad. Su piel era suave y de un lindo color cálido debido al sol.

 —¿Hiccup? —susurró la mujer, mi caricia la había despertado.

 —Lo lamento... —susurré alejando mi mano de su mejilla.

Se acomodó para seguir durmiendo, se acercó a mi y me abrazo, por aquel acto sonreí y también la abracé, suspiré con tranquilidad hasta volver a quedarme dormido. 

 —Vaya, tienes muchas pecas...¿y esta pequeña cicatriz? —____ acariciaba la pequeña cicatriz que tenía en el mentón.

Me aparté de ella bostezando antes de responder a su pregunta. 

 —Resulta que... —me alboroté el cabello mirando hacia el techo, apoye mis manos detrás de mi cabeza— Cuando era bebé, llegaron dragones a atacar Berk, en esa época era normal y los Berkianos se defendían con todo. Una noche un dragón entró a la casa...él me dejó esta pequeña cicatriz y acabó con la vida de mi madre... —suspiré— eso es lo que mi padre me decía. 

 —Oh Hiccup —expresó la mujer desanimada, se acomodó abrazándome— lo lamento tanto, creo que no debí despertarte así y menos preguntar por aquello...

  —Tranquila —reí bajo— no me da tristeza contarlo, solo me apena no haber logrado conocer a mi madre...quizás me hubiera parecido a ella...o....no sé, creo que  nunca lo sabre —divagaba sobre como hubiera sido mi vida junto a mi madre, sin embargo, nunca obtenía una visión clara debido a que no la conocía en realidad.

 —Bien...quizás algún día encuentres algo sobre ella, o a alguien que este dispuesto a contarte de ella —besó mi mejilla, salió de la cama abriendo las ventanas, dándole paso a la suave ventisca y a la luz solar— es hora de desayunar —me dedicó una gran sonrisa.

 —¿Vamos al gran comedor o quieres cocinar algo? —pregunté riendo bajo mientras salía de la cama y me estiraba un poco. 

 —Pensaba en que podríamos desayunar allá pero —me indicó con su dedo índice, confundido me quedé quieto con una expresión de confusión en el rostro— hoy, yo cocinaré el almuerzo, espero que no me dejes plantada y vengas a comer aquí —rió bajo, se acercó al mueble en donde ella guardaba su ropa, comenzó a buscar un atuendo. 

 —¿Tú? ¿Cocinar el almuerzo? —reí— Claro que vendré a comer con mi linda esposa. 

 En cuanto ella se volteó a mirarme sorprendida y sonrojada, pensé en lo que había dicho. Le dije esposa, nunca me refería a ella de ese modo.

 Avergonzado salí del cuarto rápidamente.

[...]

 —¿Cómo llevas la vida de casado? —Patán cuestiono mientras desayunaba, mis amigos me observaron curiosos a lo que sería mi respuesta. 

_____ había ido a hablar con mi padre, según él, tenía asuntos importantes que hablar con ella, los cuales no eran de mi incumbencia. 

 —Siendo sincero, la llevo bastante bien —sonreí mientras apartaba mi desayuno puesto que ya estaba satisfecho— _____ es una mujer amable, sincera y considerada. Ahora nos llevamos bastante bien, no como al comienzo —reí bajo, dejé de reír en cuanto vi a mi ex novia, Astrid. 

 —Yo...no soporto que hables de ella —Astrid habló casi en un susurro, con la mirada baja y sus manos apoyadas en la frente, no podía ver su rostro— Dioses Hiccup, tu padre me obligó a romper contigo para que no tuvieras motivos de rechazar ese matrimonio con ella —Astrid rompió en llanto, Brutilda que estaba a su lado la abrazó rápidamente. 

Todos estaban perplejos por la confesión, se notaba en sus rostros. 

¿Mi padre sería capaz de hacer algo así? Estuve muy enamorado de Astrid, fue mi primer amor. No puedo creer que eso sea cierto, es muy difícil de creer 

 Sin decir nada me puse de pie y caminé rápidamente hasta el despacho de mi padre, me detuve frente a la puerta escuchando lo que le decía a mi esposa. 

 —Ellos ya quieren un heredero —habló mi padre.

¿Un heredero?....¿Quieren que tenga un bebé con ella?...

Entré sorprendiéndolos, miré a mi padre con enfado. 

 —¿Qué haces? —pasé por al lado de mi esposa sin dejar de observar a mi padre— Primero obligas a Astrid a romper conmigo para casarme con ella —señalé a _____— ¡Tú sabes lo mucho que quise a Astrid! —apreté mis puños y golpee la mesa— ¿Ahora le pides a ______ que tenga un hijo conmigo? Por favor...¿En qué rayos piensas? —vi que mi padre abría la boca para responder, sin embargo lo detuve. Aún no quería escucharlo, solo quería desahogarme— Olvídalo. 

Salí del despacho dando un fuerte portazo.

Tratado Nupcial  (Hiccup y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora