· T r e i n t a & D o s ·

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🎶 Style 🎶

"A long drive could end in burning flames or paradise"


Vamos a ver una película al cine.

Cuando Adrien me pidió un cita me sorprendí de primeras, pero a medida que se acerca el momento lo cierto es que empiezo a sentir el peso de la emoción en mi estómago. Me descubro a mí misma con unas ganas locas de salir juntos, a solas, como algo más que dos amigos.

Y ni siquiera tengo idea de qué películas hay últimamente en cartelera.

Beth dice que no debo apresurarme pero me anima a ir si me siento cómoda y Ronan dice que una película siempre es buena idea.

Así que aquí estoy, el día de la cita, haciendo fila para comprar palomitas junto a Adrien. Él no lo sabe porque llegó tarde del trabajo, ya que una operación se complicó, pero me he pasado más de dos horas arreglándome. Ningún vestido me gustaba, mi pelo decidió ser indomable y me tuve que rehacer varias veces el maquillaje.

Según Beth se debe a mis nervios. Creo que tiene razón.

—¿Saladas o con mantequilla? —Pregunta Adrien.

Tenemos solo dos personas delante.

—Saladas.

—Perfecto.

Me guiña un ojo y el estómago me da un vuelco. Mierda, tiene que dejar eso.

A diferencia de mí, apenas tardó treinta minutos en prepararse. Y aún así está increíble.

Se ha recortado la barba y lleva una de sus camisas. La de hoy es blanca y le resalta la piel. Empiezo a pensar que a este chico le favorecen todos los colores.

En realidad siempre he sabido que Adrien Hall es guapo, aunque no me atrajese. Sin embargo algo ha cambiado. Lo miro y no solo me parece guapo, también increíblemente atractivo. Me gusta su mandíbula, su mirada, sus hombros anchos y hasta la forma en que se mueve.

Quizás esté empezando a desarrollar una pequeña obsesión, porque incluso detalles que antes me molestaban de su personalidad, como la forma en que bromea y me llama polilla, ahora me parecen encantadores.

Nuestros brazos se rozan y le lanzo una nueva mirada fugaz, pero esta vez me atrapa observándolo. Bajo los ojos cohibida pero me da tiempo a ver cómo sus labios tiran hacia arriba con una sonrisa. Y entonces, mientras avanzamos un paso más en la fila, me toma de la mano.

Bajo la mirada a nuestros dedos entrelazados por unos segundos, y luego hacia él. Sus ojos están puestos sobre los míos y cuando por fin le devuelvo la sonrisa, la suya crece un poco más.

—Buenas tardes, ¿qué desean?

Somos interrumpidos por la chica que hay tras el mostrador. Pedimos un refresco y unas palomitas. Lamentablemente debemos soltar las manos para agarrarlos, pero dura muy poco. Mientras avanzamos hacia la sala donde se proyecta la película le quito el bote de palomitas y entrelazo mis dedos con los suyos.

Al principio se sorprende, pero su sonrisa suave vuelve a hacer aparición. Y me encanta.

Para cualquiera que nos mire desde fuera nosotros somos una pareja que viene al cine a disfrutar de una cita.

Nuestros asientos están casi al fondo de la sala, en un lateral. Hay mucha gente porque es una película que acaba de salir. Pegados a nosotros hay un grupo de amigos. Dejamos las palomitas y refresco y nuestras manos vuelven a unirse por encima de los reposabrazos. Ahora mismo no quiero soltarle por nada del mundo.

Un Inesperado NosotrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora