🎶 Karma 🎶
"Karma's a relaxing thought
Aren't you envious that for you it's not?"
CARSON: Gia, tenemos que hablar.
CARSON: Llevo días intentando hablar contigo. Coge el puto teléfono.
CARSON: ¿Qué narices crees que encontrarás en Nueva York? Tu sitio está aquí, conmigo, como siempre hemos planeado.
CARSON: Esto no puede seguir así. Haz el favor de madurar de una vez, Gia.
CARSON: Lo siento, me he dejado llevar. Solo desearía que las cosas volvieran a ser como antes.
Observo los mensajes en la pantalla de mi teléfono. Todos son de anoche. Me alegro de no haberlos visto antes de irme a dormir o no hubiese logrado pegar ojo. Carson no me ha escrito en los últimos días y una parte de mí pensaba que por fin había asumido que lo nuestro se ha terminado.
Me equivocaba.
Pienso en miles de respuestas, pero ya le dije todo lo que debía el día que me marché. Y aunque sé que era lo correcto, no importa. Duele igual, porque de verdad llegué a quererlo.
No solo eso.
Él era mi única persona en el mundo. Mi único amigo. Mi lugar seguro. Y ahora...
¿Cómo estuviste tan ciega, Gia?
Me doy una larga ducha y trato de sacarme las palabras de Carson de la cabeza. Es una sensación extraña, porque, aunque sé que la forma en que actúa está mal, sigo sintiendo algo por él. Sigo necesitando su aprobación. Su confianza. Su cariño.
Definitivamente, no estoy bien.
Encuentro a Gabriel desayunando un café junto a Finn, que ha preparado también un bol de cereales.
—Buenos días —saludan.
Me acerco a ellos por el lado donde está la cafetera. Es de cápsulas y no puedo evitar escuchar en mi cabeza la voz de Adrien quejándose de que así el café no es café real. De verdad que tiene una obsesión con esa bebida.
Está terminando de ducharse porque acaba de regresar de su último turno de noche. No sabía que pudiesen darle tantos turnos nocturnos seguidos a una persona. ¿Es legal?
—Buenos días —repite Finn—. ¿Cereales?
—¿Hay algo más dulce? —pregunto.
Paseo la mirada por la mesa, pero me decepciono al ver solo leche y cereales.
F.
—Azúcar —replica mi hermano, siempre chinchando.
Le saco la lengua y me sirvo un poco de leche chocolateada. Al menos ese placer lo consigo.
—Hoy iré al Roller Burguer —comento mientras tomo un sorbo de la leche—. Es mi día de prueba.
—¿Sigues empeñada en trabajar allí? —pregunta Gabriel.
La puerta del baño se abre y Finn aprovecha para cambiar la mirada y evitar formar parte de la pelea. Por desgracia, mi hermano no tiene la misma idea.
—Pensé que al final cambiarías de idea, la verdad.
—¿Por qué iba a hacerlo?
—Entre otras cosas, porque apenas sabes patinar.
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Un Inesperado Nosotros
Dla nastolatków¿Y si es muy tarde para empezar de cero? Cuando Gia Davies se muda a Nueva York, está huyendo. Se ha dado cuenta de que su carrera no le gusta, su relación es un fracaso, y tiene la sensación de estar tirando a la basura todos los años de estudio y...