· C a t o r c e ·

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🎶 Cruel Summer 🎶

"What doesn't kill me makes me want you more"


Sienta muy bien tener un día libre. Me quedo en la cama hasta tarde, aunque me despierto cuando Adrien se levanta por la mañana para trabajar. Espero hasta que se ha ido para quitar la almohada y poder expandirme sobre el colchón. Me doy cuenta de que su lado de la cama huele a él, y de alguna forma me quedo dormida de nuevo allí.

No sé si es por el olor o por todos los sucesos que han ocurrido esta semana, pero Adrien se cuela en los sueños de esa mañana. Cuando me despierto estoy desorientada y confundida. Me quedo tirada en la cama con los ojos clavados en el techo y el recuerdo de unos sueños bastante vívidos.

Más bien pesadillas. Sí, es eso. Fueron pesadillas donde besaba a Adrien.

Me gustaría poder hablar con alguien de todo esto, quizás así consiguiese aclarar los pensamientos, pero no tengo realmente ningún amigo en quien confiar, y si mi hermano se enterase... No, está totalmente descartada esa idea.

Hablando de él, cuando me decido a levantarme y tomar el teléfono, tengo un mensaje suyo. Al ver la notificación me da un vuelco el corazón porque creo que puede ser Carson, pero por fortuna no es así.

GABRIEL: ¿Quedamos esta tarde? Necesito comprar un traje nuevo para una reunión importante.

Sabe que hoy no trabajo así que tecleo rápidamente una respuesta afirmativa y decido comenzar el día. Lo mejor para olvidar esos extraños sueñ... ¡pesadillas!, es mantener la mente ocupada, así que me dedico a cocinar hasta dejar varios platos ya preparados que luego guardo en la nevera. Al fin y al cabo nunca viene mal hacer un poco de batch cooking.

También miro videos en el móvil y acabo comprando unos libros que una chica recomienda con mucho entusiasmo. Estará bien poder salir al balcón a leer tras una jornada intensa de trabajo.

Para cuando Adrien regresa estoy a punto de prepararme para salir con mi hermano. Tengo el pelo húmedo porque acabo de salir de la ducha aunque he vuelto a ponerme el pijama. Hoy me apetece arreglarme y para eso necesito probar los conjuntos.

—Hola —me saluda animadamente mientras deja su mochila en la entrada.

Tiene el pelo revuelto y el rostro encendido, como si acabase de echar una carrera. De pronto recuerdo cómo en mis sueños hundía las manos dentro de su cabello y siento que me arden las mejillas.

¡Gia, no pienses esas cosas!

—Pareces contento —comento.

—Ha sido un buen día.

—¿Poco trabajo?

—Todo lo contrario, pero he podido lavarme para una intervención en la que no había participado nunca. Pensaba que costaría pero ha estado bien ver algo nuevo.

Se dirige a la cocina para sacar un refresco de la nevera y guarda silencio. Me acerco por detrás al darme cuenta de lo que está viendo: todos los tupper con comida ya hecha. Agarra la bebida y cuando me mira sonríe con diversión.

—¿Has tenido una mañana entretenida?

—Cocinar me ayuda a no pensar —explico.

—¿Hay algo que te preocupa?

"Tú, en mis sueños, besándome hasta que me dejas sin aliento", pienso. Pero ni en un millón de años le daría esa respuesta. Comienzo a ponerme un poco nerviosa por la forma en que me mira y sonríe, junto con el recuerdo de lo que hacíamos en mi sueño, así que ignoro deliberadamente la pregunta y en su lugar continúo con la conversación de antes:

Un Inesperado NosotrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora