🎶 Mine 🎶
"Every time I look at you, it's like the first time"
—Aquí están, las hamburguesas que faltaban.
Mi hermano mira su comida con ojos suculentos antes de guiñarme un ojo.
—Gracias hermana, eres la mejor.
—Eso quiero verlo reflejado en la propina —me burlo.
Finn, Adrien y Gabriel han venido de sorpresa a comer al Roller Burger. Los tres se han organizado porque la última semana ha sido imposible cuadrar nuestros horarios y poder vernos los cuatro. Y aunque estoy trabajando y no puedo hablar con ellos, es agradable ver caras amigables entre los comensales.
Pienso en la última vez que estuvieron aquí y cómo me enfadé. Las cosas han cambiado tanto en los últimos meses...
—¿Podrías traerme un poco más de picante, por favor?
Me vuelvo hacia Adrien con sorpresa y no puedo evitar replicar:
—¿No recuerdas lo que te pasó la última vez?
Finn y Gabriel se ríen por lo bajo. Él les lanza una mirada enfadada antes de volverse de nuevo hacia mí.
—Es para las patatas —se defiende.
—Está bien, es cosa tuya —suspiro—. Ahora lo traigo.
—Gracias, polilla.
Me guiña un ojo y siento que se me pone la cara roja, pero me alejo de allí antes de que lo noten. Tomo un bote con salsa de la cocina y se lo acerco a su mesa antes de seguir atendiendo a los demás clientes.
Sin embargo, no puedo evitar desviar los ojos cada poco tiempo hacia ellos. La mayoría de las veces me encuentro a Adrien devolviéndome la mirada.
Tiempo después me apoyo en la barra junto a Beth para descansar un momento. Muchos clientes ya han terminado y se han ido. Los que quedan están comiendo tranquilamente.
—Así que han venido a verte al trabajo —comenta mi amiga.
—Sí, mi hermano ha debido de convencerlos a todos.
Se inclina sobre la barra para acercarse a más a mí y susurra:
—¿Estás segura de que no ha sido cosa de tu compañerito de piso?
—No digas eso de compañerito, Beth. Suena raro. Además, ¿por qué querría Adrien venir a verme al trabajo? Ya pasamos bastante tiempo juntos en casa.
—Es verdad. Incluso compartís colchón. Dormís abrazaditos como una pareja feliz.
—Sé lo que estás insinuando y no es así.
Solo que en cierta parte, sí lo es. Algunas mañanas, cuando todavía no ha sonado la alarma y no hemos despertado del todo, acabamos de una forma u otra abrazados bajo las sábanas. Sé que es extraño, pero entre sus brazos me siento segura y en calma, como si nada malo pudiese pasar mientras estoy a su lado.
Es de locos.
—Vamos, Gia. Os morís el uno por el otro. Lo que no sé es cuánto tiempo más vais a seguir resistiendo.
—Solo somos amigos.
—No puedes mentirte a ti misma para siempre.
Me vuelvo hacia ella y decido ponerme seria para encararla. Hablar de este tema, en realidad, me duele.
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Un Inesperado Nosotros
Ficção Adolescente¿Y si es muy tarde para empezar de cero? Cuando Gia Davies se muda a Nueva York, está huyendo. Se ha dado cuenta de que su carrera no le gusta, su relación es un fracaso, y tiene la sensación de estar tirando a la basura todos los años de estudio y...