· T r e i n t a & U n o ·

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🎶 Daylight 🎶

"And I can still see it all (In my head)

Back and forth from New York (Sneaking in your bed)

I once believed love would be (Burning red)

But it's golden"

—¡No! ¿De verdad dijo eso?

Asiento mientras suelto un lastimero gemido y hundo la cara entre mis brazos. Beth me da unas palmaditas en la espalda como gesto de apoyo.

—Increíble —susurra sin esconder su asombro.

—Me siento fatal. No le dije nada. Ni siquiera un "yo también".

—Es que no estás obligada a decirle que le quieres si no lo sientes —Cuando no contesto frunce el ceño—. Espera, ¿sí lo sientes?

Ha pasado casi una semana desde que me acosté con Adrien. Una semana desde que me dijo "te quiero" tras una increíble sesión de sexo, y de que yo no supiera qué contestar.

Las cosas han estado un poco raras en casa, o al menos esa es mi perspectiva. Él me sigue saludando, preparando el desayuno y bromeando. Incluso hemos empezado a ver juntos una serie nueva de Netflix, pero yo no puedo dejar de escuchar esas palabras en mi cabeza cada vez que lo miro.

Hoy, después de que Beth me ha llamara para cuidar de Sophia por la noche, he decidido contarle lo sucedido. Ahora la niña está dormida y nosotras tomando una copa de vino en la cocina.

—No es eso. Claro que le quiero, es una persona muy importante para mí. Es mi amigo, y algo más, pero... No sé a dónde nos va a llevar todo esto, ni qué es exactamente lo que siento por él.

Beth toma la botella y rellena un poco más de vino en mi copa. No tardo en tomar un gran sorbo. Necesitaba esta charla de chicas. Finalmente confieso:

—No sé si estoy preparada para involucrar sentimientos, y me da miedo sentir lo mismo que él.

Mi amiga me toma de la mano y me da un fuerte apretón.

—Antes me expresé mal, Gia. Aunque quieras a una persona no estás obligada a decírselo. Solo debes hacerlo si te apetece y si te sientes cómoda.

Asiento y tomo un sorbo más. Vuelvo a pensar en Adrien, en ese momento y...

—Deberías haber visto su cara cuando me quedé callada —gimoteo al recordarlo—. No dijo nada, pero lo vi en sus ojos. Le dolió.

—No importa, Gia. Ese es su problema, fue él quien lo dijo y no debe esperar que tú hagas lo mismo. Además, por lo que cuentas parece suficientemente maduro como para darse cuenta de ello.

Beth me aparta el pelo de la cara mientras me habla. A veces noto en ella muchos gesto que la delatan como madre, igual que este.

—Fue muy incómodo —comento casi en un susurro—. Seguíamos desnudos, ¿sabes?

Eso hace que se eche a reír, y estoy segura de que si yo no fuese la protagonista de todo el drama, también encontraría la situación divertida.

—¿Te dijo algo más? —Indaga en busca de detalles.

—No. Solo me dio un beso en la mejilla, se levantó y se fue.

—¿Y no habéis vuelto a hablar de ello?

Niego con la cabeza. Ni siquiera sé podré hacerlo algún día. Una cosa es llegar a algo físico, otra involucrar sentimientos. Pero también comprendo que no podré huir del tema eternamente.

Un Inesperado NosotrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora