INNOCENT 2 ; YOONMIN : +21 ( CORREGIDA )

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JIMIN POV.

Todo mi jodido cuerpo se congela en un segundo. Me siento como si estuviese cayendo en un vacío profundo y oscuro que me revuelve el estómago al punto de querer vomitar. Me paralizo por completo y mi aliento queda atorado sin más en mi garganta.

Está aquí. Lo logró.

Me buscó.

El filo ejerce mayor presión sobre mi garganta provocando que mi sangre se congele por completo y un excitante escalofrío recorra mi espina dorsal. Emoción, terror, pánico, molestia, desespero. Las emociones me golpean unas tras otra hasta que colapso de una forma repentina quebrando en llanto. No puedo siquiera reaccionar, me pasmo en mi lugar.

De verdad vino.

Resiento su peso empujarme con violencia y aplastarme contra la pared a mi derecha. Mi respiración vuelve a fallar y aunque deseo gritar, me veo incapaz. Mi anatomía duele, arde, suplica, se retuerce ante su tacto que me quema como el puto inferno. Me atrevo a abrir los ojos y finalmente escrutar a mi némesis frente a mí.

Él...

Mi más dulce y nociva toxina.

Admiro hundido en la fascinación aquellos fríos ojos grises engullidos por la ira, aquellos rosados labios entreabiertos con la respiración pesada, esas hebras oscuras cayendo sobre su gatuno y precioso rostro, aquellos fuertes brazos con finos trazos nacarados, aquella palidez exánime que me hace estremecer sobre mi lugar. Me veo incapaz de definir su mirada puesto a que se encuentra igual de confundida y turbulenta que la mía. Puedo sentir su ansia de sangre, pero debido a la forma en que su cuerpo tiembla y no puede presionar de más el arma punzante contra mi cuello, lo comprendo:

Vino a matarme. Pero no puede.

— Yoongi...

Miles de emociones encontradas azotan mi cuerpo en descontrol, el temblor debido al pánico se acentúa, la emoción al verlo y saber que ha funcionado, el ansia de aventarme a él y besar sus labios en descontrol, acabar con su persona también por todo lo que hizo, gritar, odiarlo, todo. Todo.

— Bastardito hijo de perra... —Comienza a reír estirando aquella párvula boca que me hace jadear.

Mi mente aún no procesa lo que está ocurriendo. Me pierdo en aquellas facciones más endurecidas, aquel rostro que ha cambiado. Ya no es un adolescente si no... un adulto. Un jodido hombre.

— Dos putos años —susurra con un tono calmo, pero venenoso y explosivo al mismo tiempo.

Me mantengo en silencio esperando a que prosiga.

— ¿Y no pudiste estar un jodido día sin embellecer? Mierda, Park. ¿Cómo se supone que voy a matarte ahora? Debería follarme tu cadáver después de acabar contigo.

Me estremezco debido a la emoción sintiéndome casi enamorar por aquellas palabras. Es como una puta droga que despierta instintos en mí que creía sepultados.

— No vas a matarme... —murmuro perdido en sus ojos—. No puedes.

Se siente como inyección de heroína pura. Mi corazón comienza a bombear desesperado, mis músculos hormiguean y se crispan violentos, mi respiración falla y el sentir que estoy siendo quemado vivo se apodera de mí. Él está igual, puedo sentirlo en nuestro ambiente pesado.

Odio. Deseo. Pertenencia.

Voy a vomitar en cualquier momento.

Libero un chillido cuando se afirma a aquel cuchillo y realiza una cortadura en mi brazo rasgando mi camisa. Antes de que pueda elevar más el tono, me cubre con su mano. Tiemblo debajo suyo viéndolo ahora presionar mi cuello y cortarme por completo el aire con un mirar demente.