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JungKook

Niego a lo dicho por la paramédico mientras presiono la compresa en mi coronilla. Ella termina de medir mi presión y luego se levanta colocando el estetoscopio en su cuello.

— Podrías tener una contusión por el golpe, es necesario que te revise un médico. — suspiro quitando la compresa y me levanto de la puerta de la ambulancia.

— Estoy bien, el golpe no fue mucho porque llevaba el cinturón. — niego nuevamente y ella niega también.

— Es reglamentario hacer un informe médico. — me repite.

— Pero no hay heridos, simplemente me golpeé, el conductor del camión está bien, y no logré por fortuna impactar en la tienda...

— Solo por el hidratante de incendio que detuvo a tu auto... — ella voltea la mirada al oficial a un lado que espera por mi declaración y yo le asiento para que me deje con él.

— Muy bien, necesito que soples aquí antes de poder hacer el reporte. — me indica el medidor de alcohol y soplo a través de este. Por suerte hoy no he tomado.

— No vi el camión, me distraje... me comprometo a pagar los daños que he ocasionado. — prometo y el oficial asiente escribiendo en sus notas.

— Te pondré una multa y debes pagar los daños de la tienda. — miro la tienda y observo que es una pequeña cafetería, la cual tiene sus mesas tiradas por el reciente accidente.

Asiento recibiendo la multa y veo la gran cantidad de dinero que tengo que pagar.

Me acerco a la señora que parece ser la dueña de la cafetería y hago una reverencia completa mientras me disculpo.

— Gracias por no presentar cargos... pagaré todos los daños, no se preocupe. — busco mi maletín y saco la chequera, le firmo un cheque y se lo entrego— Haga un recuento de los daños y coloque el monto... nuevamente me disculpo. — hago otra reverencia y la señora me sonríe con calma.

— Sea lo que sea que estes pasando, hijo... todo estará bien. — me murmura y se acerca para tomarme la mejilla con su mano. Y no sé por qué sus palabras me las tomo tan importantes como si no se refiriera al accidente o los daños, sino a mi vida como tal.

Le sonrío y asiento. Una bocina toca y me doy cuenta de que es el uber que he llamado. Me despido y camino hacia este, ya que mi vehículo se lo llevó una grúa por el daño. Ya luego me encargo de repararlo.

Ya estando en casa me voy directamente hacia el balcón, saco uno de los cigarrillos y lo enciendo. No me molesto en encender las luces, simplemente voy a fumar en medio de la oscuridad, por una parte siento que así estaré mejor. Viendo las luces de los apartamentos de otros edificios encendidas me llevo el cigarrillo a los labios y le doy otra calada.

OUR WISH © JKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora