La Herencia Potter-Black-Peverell-Slytherin

ADIÓS, LORD DUMBLEDORE

20 de Junio de 1997 (La Madriguera)

Molly y Arthur Weasley estaban sentados en la sala de estar de La Madriguera, intercambiando miradas preocupadas mientras discutían la situación de su hija, Ginny. La noticia de que Ginny se estaba viendo con Roger Davis, uno de los miembros de la Gran Alianza, los había tomado por sorpresa y llenado de consternación.

"Molly, esto es inaceptable", dijo Arthur, con voz grave. "No podemos permitir que Ginny se relacione con los enemigos de nuestra causa. Roger Davis es un partidario de Harry Potter y la Gran Alianza, igual que los gemelos".

Molly asintió con gravedad, su ceño fruncido con preocupación. "Lo sé, Arthur. Pero ¿cómo hemos llegado a esto? ¿Cómo puede nuestra propia hija estar viéndose con ellos? Es como si estuviera siguiendo los pasos de los gemelos, como si estuviera desafiando nuestra familia y todo en lo que creemos".

Arthur se pasó la mano por el cabello, sintiendo el peso de la responsabilidad como padre. "No lo sé, Molly. Pero debemos abordar esta situación antes de que empeore. No podemos permitir que Ginny se involucre más con la Gran Alianza. Debemos detener esto ahora mismo".

Molly asintió con determinación. "Estoy de acuerdo. Debemos hablar con ella y dejarle claro que esta conducta no será tolerada. Debe comprender las consecuencias de sus acciones y el daño que está causando a nuestra familia y a la causa por la que luchamos".

21 de Junio de 1997 (Hogwarts)

La Torre de Astronomía se alzaba majestuosa sobre los terrenos de Hogwarts, su silueta oscura recortada contra el cielo estrellado. En su cima, Albus Dumbledore y Draco Malfoy mantenían una conversación que cambiaría el curso de la historia.

Draco, con la varita temblorosa en su mano, miraba fijamente a Dumbledore, su expresión mezcla de determinación y desafío. "No me arrepiento de esto, Dumbledore", dijo, su voz tensa pero firme. "Tú y tus manipulaciones han causado suficiente daño".

Dumbledore, con su característica calma, miraba a Draco con tristeza en sus ojos azules. "Draco, entiendo que estés bajo presión, pero hay otra forma. No tienes que seguir este camino".

Draco apretó los dientes con rabia, su determinación intensificándose. "Ya he tomado mi decisión, y no hay vuelta atrás", respondió, levantando la varita hacia Dumbledore.

En ese momento, Theodore Nott y Chase Greengrass emergieron de las sombras, flanqueando a Draco con expresiones de apoyo. "Hazlo, Draco. Es lo que debes hacer", dijo Theodore, su voz llena de convicción.

Chase asintió, su mirada fija en Dumbledore. "No hay lugar para la debilidad. Haz lo que tienes que hacer", añadió, su tono frío y despiadado.

Dumbledore cerró los ojos por un momento, aceptando su destino con resignación. "Así sea", murmuró, preparándose para enfrentar su destino con valentía.

El hechizo resonó en la noche, seguido de un estallido de luz. Cuando la luz se desvaneció, Dumbledore yacía en el suelo, su figura imponente ahora inerte y sin vida.

21 de Junio de 1997 (Tren de Hogwarts)

El tren de Hogwarts avanzaba con suavidad por los paisajes cambiantes del campo británico, mientras dentro de uno de sus compartimentos, Ginny y Roger compartían un último encuentro antes de llegar a King's Cross. El ambiente estaba cargado de emociones y un aire de despedida flotaba entre ellos.

Ginny miraba por la ventana, contemplando los verdes campos que pasaban velozmente. "Estoy tan emocionada de verte graduado, Roger", dijo con sinceridad, su voz reflejando genuina admiración.

Roger sonrió con ternura, observando a Ginny con cariño. "Gracias, Ginny. Significa mucho para mí saber que tienes fe en mí", respondió con gratitud, acercándose un poco más hacia ella.

La mirada de Roger se volvió intensa, sus ojos buscando los de Ginny con determinación. "Hay algo más que necesito decirte, Ginny", comenzó con seriedad, tomando una de sus manos con suavidad.

Ginny se volvió hacia él, capturada por la seriedad en su tono. "¿Qué pasa, Roger?", preguntó, sintiendo una ligera punzada de preocupación en su pecho.

Roger respiró profundamente, reuniendo valor antes de continuar. "He estado pensando mucho en ti últimamente, Ginny. Y... creo que estoy empezando a enamorarme de ti", confesó con sinceridad, sus ojos buscando los de ella con expectación.

Los latidos del corazón de Ginny se aceleraron al escuchar las palabras de Roger, su sorpresa y emoción luchando por dominar sus pensamientos. Antes de que pudiera responder, Roger se inclinó hacia ella con delicadeza, capturando sus labios en un beso suave pero apasionado.

El beso los envolvió en un torbellino de emociones, con Ginny sintiendo una mezcla de felicidad, sorpresa y anhelo. Durante unos preciosos momentos, se perdieron el uno en el otro, sin pensar en el tiempo que les quedaba juntos.

Sin embargo, la realidad los alcanzó rápidamente cuando el tren comenzó a disminuir la velocidad, anunciando su llegada a King's Cross. Con un suspiro de pesar, Ginny y Roger se separaron, mirándose el uno al otro con una mezcla de tristeza y resignación.

"Tenemos que irnos", murmuró Ginny.

21 de Junio de 1997 (Estacion 9 3/4, King's Cross)

Fred y George, flanqueados por un bullicioso grupo de amigos, observaban con curiosidad cómo su madre llevaba bruscamente a su hermana pequeña fuera de la estación. Sus risas y charlas se desvanecieron por un momento cuando presenciaron la escena, pero luego decidieron seguir adelante, sin prestarle mucha atención.

"¿Qué crees que está pasando con mamá y Ginny?", preguntó George en voz baja, inclinándose hacia Fred mientras caminaban hacia el carruaje que los esperaba.

Fred frunció el ceño ligeramente, observando la figura de su madre mientras se alejaba con Ginny. "No estoy seguro, pero parece que mamá está un poco alterada", respondió, su tono reflexivo.

22 de Junio de 1997 (El Refugio del Ciervo)

La atmósfera en el comedor de Potter Manor era tensa y cargada de emociones encontradas. Harry, Daphne, Luna, Pansy, Hermione y el resto de sus amigos se habían reunido para compartir un momento de relajación después de un día lleno de acontecimientos. Sin embargo, la llegada inesperada de una lechuza con el Profeta Diario cambió el tono del ambiente.

Todos los presentes se volvieron hacia la lechuza con curiosidad mientras entregaba el periódico a Harry. Con manos temblorosas, Harry abrió el periódico y leyó la noticia con una expresión grave. El silencio en la sala era palpable mientras absorbían la impactante noticia: Albus Dumbledore había muerto.

La noticia provocó una mezcla de emociones entre los presentes. Algunos mostraban tristeza por la pérdida de un líder que, a pesar de sus desconfianzas, había sido una figura importante en la lucha contra el mal. Otros, sin embargo, se sentían aliviados de que Dumbledore ya no pudiera interferir en sus planes y estrategias.

"Hemos perdido a un gran hombre", murmuró Hermione, su voz cargada de pesar mientras miraba a sus amigos.

"Sí, pero al menos ahora podremos continuar nuestros esfuerzos sin su sombra acechándonos", agregó Pansy, su tono mezclado con un toque de alivio.

Harry asintió solemnemente, guardando el periódico a un lado. "Tenemos que estar preparados para lo que viene. Los mortífagos probablemente intensificarán sus ataques ahora que Dumbledore ya no está para protegernos".

La conversación se volvió hacia la estrategia, con los amigos discutiendo sobre cómo protegerse a sí mismos y a sus seres queridos en los tiempos difíciles que se avecinaban. Fue entonces cuando llegaron a una decisión crucial: Harry debía casarse con Luna, Pansy y Hermione lo antes posible para evitar que los mortifagos intente cualquier cosa para separarlas de el.

La idea fue recibida con un murmullo de acuerdo y asentimientos de todos los presentes. A pesar de las circunstancias sombrías, había una determinación palpable en el aire mientras se preparaban para los desafíos que les deparaba el futuro incierto.