UN AÑO

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31 de Julio de 1997 (Prince Manor)

El silencio en Prince Manor era interrumpido solo por el crepitar suave del fuego en la chimenea. Bellatrix se encontraba junto a una ventana, mirando hacia el jardín, cuando Severus Snape entró en la habitación. Algo en su expresión hizo que él se detuviera, y ella se volvió hacia él, con una sonrisa que rara vez se veía en su rostro.

"Severus, tengo algo importante que decirte", comenzó Bellatrix, su voz suave pero cargada de emoción.

Severus se acercó, notando la seriedad en sus ojos. "¿Qué sucede, Bella?"

Ella tomó sus manos y lo miró fijamente. "Estoy embarazada."

Por un momento, el tiempo pareció detenerse. La sorpresa dio paso a una profunda felicidad en el rostro de Severus, algo que pocas veces se veía. La abrazó con fuerza, sintiendo una ola de alegría que nunca había experimentado antes.

"¡Bella, esto es... esto es maravilloso!", exclamó Severus, sin poder contener su emoción.

Ella sonrió, disfrutando del momento antes de abordar un tema más serio. "Severus, sé que estarás preocupado, pero no puedo simplemente desaparecer de mi misión. Sería muy sospechoso si la supuesta mortífaga más leal desapareciera de repente."

Él frunció el ceño, su instinto protector emergiendo. "Bella, debes dejar esa misión. Necesitas descansar y cuidar de ti y de nuestro hijo."

Bellatrix le acarició el rostro con ternura. "Lo sé, Severus, pero debemos ser inteligentes. Si desaparezco sin explicación, levantará sospechas. Prometo que me cuidaré y al primer signo de peligro, te lo haré saber. Tú estarás ahí para sacarme de cualquier problema."

Severus suspiró, sabiendo que ella tenía razón. "Está bien, Bella, confío en ti. Pero debes prometerme que no correrás riesgos innecesarios."

"Lo prometo", respondió ella con firmeza. "Y ahora, aprovecharé este tiempo para escribirle a Lord Black y al resto de la familia. Ellos deben saberlo."

Severus asintió, aún con preocupación en su mirada, pero también con un renovado sentido de propósito. "Estaré contigo en cada paso del camino, Bella. No estás sola en esto."

Bellatrix sonrió, sintiendo el apoyo y el amor de Severus. Juntos enfrentarían cualquier desafío, y la llegada de su hijo sería una nueva luz en sus vidas.

5 de Agosto de 1997 (El Refugio del Ciervo)

La atmósfera estaba impregnada de un encanto especial en el cumpleaños de Daphne. La luz tenue de las velas danzaba en la habitación, creando sombras suaves que resaltaban la belleza de cada detalle. Harry observaba a Daphne con admiración, maravillado por la mujer que había elegido para ser su compañera de vida.

Daphne, radiante y con una sonrisa luminosa, se acercó a él. Sus ojos se encontraron, comunicando sin palabras el amor que compartían. Sin necesidad de decir nada, Harry envolvió a Daphne en un abrazo cálido, sintiendo la conexión profunda que existía entre ellos.

"Harry", susurró Daphne, su voz cargada de emoción, "siento que este día es perfecto".

Él le sonrió, acariciando suavemente su mejilla. "Lo es, Daph. Y tú eres la razón por la que este día es tan especial".

Daphne se acercó aún más, sus labios rozando los de Harry en un beso tierno y lleno de amor. Sus corazones latían al unísono, compartiendo un momento de intimidad que parecía detener el tiempo a su alrededor.

"Harry", comenzó Daphne, sus ojos brillando con determinación, "hay algo que necesito decirte".

Él la miró con atención, capturado por la seriedad en su mirada.

"Daphne, ¿qué sucede?", preguntó Harry, sintiendo un ligero nerviosismo en su pecho.

Ella tomó sus manos entre las suyas, sintiendo el latido de su corazón bajo su piel. "Desde mucho antes de que supiéramos sobre el contrato matrimonial, yo... yo ya estaba enamorada de ti, Harry. Te amo más de lo que las palabras pueden expresar".

Las palabras de Daphne llenaron el corazón de Harry de una emoción abrumadora. La tomó en sus brazos con ternura, sintiendo el peso de sus propias emociones.

"Daphne, yo... también te amo", murmuró Harry, su voz llena de sinceridad.

Los ojos de Harry brillaban con llamas verdes por instinto en ese momento. "Daphne, no voy a dejar que nada ni nadie le haga daño a nuestra familia. Ni Chase Greengrass, ni los Mortífagos, ni siquiera Voldemort podrán tocarlas. Primero tendrían que pasar por mí".

Daphne asintió, sintiendo la determinación y el amor en las palabras de Harry. Sabía que él protegería a su familia con su vida, como lo había demostrado una y otra vez. En ese momento, en medio de la celebración de su amor, sabían que estaban destinados a estar juntos para siempre.

(En otro universo)

Hadrian Potter, Draco Black y Theodore Nott se encontraban en medio de un intenso entrenamiento de duelos en su propio universo cuando un hechizo salió mal y los transportó a otro lugar desconocido. Al caer en el jardín de Potter Manor, se miraron desconcertados, rodeados de un entorno que no reconocían.

"¿Hadrian, esta no es tu casa?", preguntó Draco, mirando a su amigo con confusión.

Hadrian frunció el ceño, escudriñando el entorno con atención. "Sí, esto es Potter Manor, pero algo parece... diferente".

Theodore se puso en pie, observando a su alrededor con cautela. "Parece que hemos sido transportados a otro universo. ¿Qué deberíamos hacer ahora?"

Hadrian asintió, consciente de la gravedad de la situación. "Tenemos que encontrar a alguien que pueda ayudarnos a entender lo que está sucediendo. Sigamos adelante, pero estén alerta".

Los tres jóvenes avanzaron con cautela por el jardín, buscando señales de vida o alguna pista sobre dónde se encontraban. Sin embargo, el lugar parecía desierto, lo que aumentaba su intranquilidad.

"¿Dónde estará todo el mundo?", se preguntó Draco, mirando a su alrededor con nerviosismo.

Hadrian frunció el ceño, pensando en las posibles explicaciones para su extraña situación. "No lo sé, pero no podemos quedarnos aquí sin hacer nada. Sigamos adelante y busquemos respuestas".

Con determinación, los tres jóvenes continuaron su camino, preparados para enfrentar cualquier desafío que se interpusiera en su camino.

La Herencia Potter-Black-Peverell-SlytherinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora