XVIII

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La semana de la carrera de Miami había comenzado, Mark y Checo no se habían visto en esa semana, Checo hacia unas propagandas turísticas para Jalisco y Mark, arreglaba unas cosas en la empresa de su papá, esa semana, iría a Brasil a hacer unos pendientes que su papá le había encomendado, pero estaría con Checo en Miami.

"Buenos días guapo". Estaba un mensaje de Mark, Checo lo vio y sonrió.

"Buenos días, amor de mi vida, madrugaste por lo que se ve". Contestó Checo rápidamente.

"Amor son las 11 de la mañana ahí en Guadalajara". Contestó Mark rápidamente.

"Por eso, madrugaste". Mark vio el mensaje y sonrió.

"Te extraño". Contesto Checo.

"Y yo a ti, cuento los días para verte, no puedo estar sin ti". Sergio se sonrojo.

"También yo amor, ya quiero que sea el día de trabajo". Contesto Sergio mientras se sentaba en la cama.

"Amor debo entrar a una junta, te escribo en cuanto salga, no olvides que te amo, eres la luz de mi vida, estaré ansioso por besarte". Se despidió Mark rápidamente.

La mañana de Sergio continuó normal, se bañó y arreglo para hacer sus últimos pendientes, cuando terminaba de filmar los comerciales recibió una llamada que lo dejó helado.

¿Hola? -. Dijo Checo sentándose.

Hola Checo, no tengo mucho tiempo, seré breve, Dietrich está en el hospital, aquí en Viena, Mark no contesta su celular -. Dijo la mujer rápidamente, Sergio reconoció su voz inmediatamente.

¿Como?, ¿Por qué?, ¿Qué pasó? -. Se levantó confundido.

Didi me pidió que te dijera que vinieras -. La voz de la mujer se tranquilizó un poco. - Quiere verte -.

S-sí, ahora mismo salgo para allá -. Tartamudeo un poco. - Voy a Brasil a buscar a Mark, se dónde está -. Dijo Sergio tomando sus cosas y bajando rápidamente. 

No, no hay tiempo, es urgente -. La mujer tomo aire. - Está muriendo Checo, por favor, ven directamente, yo me encargo de hacer que busquen a Mark.

Ok, está bien, ya salgo para allá, pásame la dirección del hospital -. Dijo Checo subiendo a la camioneta

En el camino al aeropuerto pidió que prepararan su jet, volaría 12 horas, 10,314 km, solo pensaba en Mark, tenía miedo de que no alcanzara a llegar, no sabía que tan grave era la situación de Dietrich, solo quería llegar.

Cuando llego al aeropuerto de Viena, tomo el primer taxi al hospital indicado, no le importaba el clima, estaba lloviendo, era tormenta eléctrica.

Hola, estoy buscando al señor Dietrich Mateschitz -. Se acerco rápidamente.

Si permítame verificar -. Tecleo un poco. - Está en la habitación 111.

Muchísimas gracias -. Dijo y corrió un poco.

Antes de entrar a la habitación tomó un poco de aire, sacó su celular y marco el número de Mark, no entró la llamada y pensó, que tal vez ya venía en camino, tocó la puerta y la abrió lentamente.

Mi muchacho -. Se observó Dietrich sonriendo al fondo, estaba conectado a varios aparatos.

Gracias por venir Checo -. La mujer misteriosa le extendió la mano a Sergio, era la asistente de Dietrich.

Gracias por avisarme -. Tomó su mano también y la mujer salió. - ¿Que sientes mi viejo? (más que su suegro lo veía como un segundo papá, por eso el apodo) -.

Solo una recaída de mi cáncer muchacho, ya soy viejo -. Rio y tomo la mano de Sergio, siendo correspondido.

Nada de eso, eres todo un galán -. Sonrió Checo.

¿Y después?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora