Mark había despertado, no sabía la bomba que estaba pasando en su equipo, en sus redes sociales, veía al techo, pensaba en su novio, en sus pecas, lo extrañaba, lo necesitaba, no creía poder pasar más tiempo sin él.
Dios Checo, te necesito tanto -. Se sentó desganado, sabía que tenía que enfrentar la situación, pero, no se sentía listo, su terapeuta lo mataría cuando regresara por no haber pedido ayuda.
Quería darse un baño, tenía muchísimo tiempo que no lo hacía, para ser sinceros, había perdido la cuenta, después de un baño rápido, se puso una nueva pijama y cambio las cobijas, tomó el juego sucio y lo llevó a la lavadora, si, estaba deprimido, pero no le quitaba que fuera metódico y ordenado, en su mente, volvió Checo, su novio no era particularmente ordenado, lo extrañaba, extrañaba cada detalle de él, extrañaba pedirle que recogiera, extrañaba a Sergio haciendo puchero y el dándole besos por todo el rostro.
Suspiro recordándolo y camino a la cocina, quería tomar un café, lo necesitaba, no tenía noción del tiempo, su departamento estaba en silencio (excepto por el sonido de la lavadora) y en total oscuridad, su refrigerador estaba vacío, era un milagro que sus vecinos no hubieran llamado a la policía por no verlo salir al menos a hacer el super, agradecía que no lo hubieran hecho.
Regularmente aprovechaba ese tiempo para revisar sus redes sociales y sus empresas, pero, ese día se sentía más decaído, estaba cayendo en un hoyo, se sentía patético, él había decidido alejar a Checo para que no se desconcentrara, no podía arrepentirse, estaba a mitad de la temporada, trató muchas veces de salir del departamento, de tomar un vuelo para ir con su amado, simplemente no pudo, antes de hacer su café, se tomó un somnífero, en cuanto volviera a dormir, sería mejor, no quería sobre pensar.
Se acercó a la cafetera, la prendió y coloco una capsula de café en ella, tomó una taza y la puso abajo de la cafetera (imagínenselo como las Dolce Gusto ajsjja), se recargo un poco en la barra viendo la cafetera, sumergido en sus pensamientos hasta que, un sobre blanco llamó su atención, se acercó a él y vio escrito en el "Mi amado Mark", reconoció la letra inmediatamente y sus ojos se llenaron de lágrimas, abrió el sobre lentamente, sacó la carta y la desdoblo con cuidado.
Mi pequeño Mark, para cuando estes leyendo esto, yo ya no voy a estar aquí, no físicamente, en esta carta, espero expresarte un poco del amor que te tengo.
Quiero que sepas, que estoy orgulloso de ti, del hombre en el que te has convertido, tienes un corazón noble y puro, sé que no fui un padre excelente, sé que crecer sin tu mamá fue difícil, pero ahí estábamos los dos, juntos, contra el mundo.
Recuerdo cuando eras pequeño, el cómo todo te llamaba la atención, recuerdo tus risas, tu emoción, pero también recuerdo tus tristezas, el cómo llorabas por tu mamá, nunca fue pesar para mi explicarte que, en algún momento de la vida, estaríamos todos juntos.
Me llenó de vida el poder estar contigo en cada paso que dabas, sea escolar, laboral o personal. Contando las veces que lloraste por algún fracaso, te limpiabas las lágrimas y lo volvías a hacer, hasta conseguirlo, tu determinación es increíble, hijo mío, nunca lo pierdas, es lo más valioso que puedas tener.
Al día de hoy, solo puedo agradecerle a la vida de poderte llamar mi hijo, eres un hombre, hecho y derecho, tú eres la razón de mi existir, aunque fui duro contigo, tú nunca te dejaste intimidar por mí, por mis regaños, siempre has sido un hombre con carácter y justo, me voy tranquilo sabiendo eso de ti, como padre también aprendí de ti, el ser papá, me enseñó tantas cosas, tu llegada me enseñó el amor verdadero y puro, el amor incondicional.
No estes triste por mí, Mark, en cada paso que des, yo voy a estar ahí contigo, sé que puedes lograr todo lo que te propongas, no trates de seguir mis pasos, sigue los tuyos, construye tu vida, te deje las bases para hacerlo, pero, si tu destino es hacer otra cosa, hazlo, vende Red Bull, vende todas mis empresas, solo quiero que seas feliz, quiero que seas Mark Mateschitz, por ti, por tus logros, no el hijo de Dietrich Mateschitz.
Siempre voy a estar orgulloso de ti.
-Con amor, tu padre.
Los ojos de Mark se llenaron de lágrimas, eran palabras que su padre no le había dicho, no tan seguido, se preguntaba cómo había llegado ahí, pego la carta a su pecho y levanto su mirada.
Te amo tanto papá, gracias por tus palabras, ansió por abrazarte y estar contigo -. Soltó unas lágrimas. - Pero antes, se lo que debo que hacer.
Casi olvidándose de su café, camino a la habitación con intención de hacer su maleta, no recordaba de la pastilla para dormir haciendo efecto Mark se sentó en la cama.
Necesito descansar si quiero ver a mi novio -. Vio el reloj. - Puedo alcanzarlo en Bélgica, es en 4 días -. Se recostó, cayendo dormido casi de inmediato.
MARK, MARK AYUDAME -. Sergio gritaba.
CHECO, POR FAVOR, RESISTE -. Mark corría por un largo pasillo escuchando a lo lejos la voz de Sergio.
NO AGUANTO, MARK POR FAVOR -. Gritaba desesperado.
Mark corría, en cada paso que daba, sentía como el pasillo se hacía más grande, sentía que no llegaría a su amado.
CHECO, SERGIO MI AMOR -. Grito con todas sus fuerzas.
Sintió un dolor en su corazón, cuando por fin llego, vio a Sergio caer al precipicio.
NO, NO, NO, NO -. Bajó por una pendiente, no sabía cómo, poco le importaba, quería salvar a Sergio.
Cuando llegó, Sergio lo vio, con sangre en la boca.
Te amo -. Profesó Sergio con dificultad.
Yo te amo más, por favor, amor, no me dejes, no puedo vivir sin ti -. Respondió Mark llorando mientras limpiaba la sangre de su boca, Sergio se acercó a él, lo besó por última vez, sintió como su aliento se iba.
Mi amor -. Susurro alguien en repetidas ocasiones acariciando su mejilla.
Mark abrió los ojos, todo se trataba de un sueño, se sintió tan real, le tomó unos segundos reaccionar a la persona que se encontraba ahí.
Sus ojos se encontraron, Mark lloro y lo abrazo.
Sergio -. Se levantaron y tomo su cintura, se besaron, se necesitaban.
Me hiciste tanta falta -. Continuó abrazándolo Mark.
Cometí un error, dejé pasar tanto tiempo, te dejé solo con tu dolor, con tu pesar -. Sergio se arrodillo. - Perdóname mi amor, sé que soy un mal novio y que no merezco que me recibas con los brazos abiertos -.
Sergio fue callado con un beso.
El mal novio soy yo, por alejarte de mí, por dejar pasar tantas cosas para que no sufrieras, cuando tú también lo hacías -. Acaricio su mejilla.
Se quedaron, arrodillados en el suelo, abrazándose y besándose, solo se tenían a ellos, ese era la mejor sensación, misma que ambos extrañaban, ya no se separarían, quizá Sergio se encargaría de eso.
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¿Y después?
Fanfiction¿Podría nacer un amor en donde todo pronóstico indica que no? Una pequeña esperanza se asoma en el corazón de Mark, la gente dice que él lo puede tener todo solo por ser el hijo del dueño de la escudería austriaca, pero, no tenía lo más importante p...