Capitulo 01

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[* * *]

Enid se encontraba con una caja de cartón en sus manos y un ceño triste.

Otra vez había perdido su empleo, no lo podía creer, aunque odiara trabajar en Brico's, había alfas asquerosos todos los días molestandola, los cocineros prepotentes y se quemaba a frecuencia con los platos calientes.

¡Al diablo con esos idiotas!

La omega intentaba encontrar el lado positivo de la situación, pero aún con todos los puntos negativos del lugar, le era imposible.

Tenía 3 meses de renta vencidos, no ha tenido una comida digna en semanas y realmente está empezando a considerar el volver a casa de su madre, el problema es que es una casa pequeña con 6 otras personas, y se rehúsa a volver a compartir baño con sus hermanos alfas y peor aún adolescentes hormonales, ni siquiera quería imaginar cuántos gérmenes habitaban en aquel lugar.

-Yoko, no sé qué haré, estoy arruinada. -Se recargó en la barra del bar donde trabajaba su amiga.

-Nini, sabes que puedes quedarte conmigo, pero mis problemas económicos son igual de malos que los tuyos. -La omega confesó con una mueca de tristeza.

La historia de la omega era aún más difícil de lo que la rubia podía llegar a imaginar. Hace un año la alfa de Yoko había decidido abandonarla después de marcarla, eso ante los ojos de un pueblo puritano era un desprestigio, por lo cual sólo consiguió trabajo como camarera en un bar de un barrio peligroso.

-¡Lo sé, Yoko! El imbécil de mi casero ya está a dos segundos de correrme de mi departamento, y los anuncios del periódico no tienen ninguno que sea para omega. ¡Esto es un desastre! -Enid chillaba de frustración al no poder encontrar un empleo decente que no involucraba tener que desnudarse frente a alfas pervertidos.

Yoko tomó otro de los periódicos con esperanza de ayudar a su amiga y después de varios minutos buscando, la omega chillo de alegría.

-¡Enid, un empleo de niñera! Serias una gran niñera, solamente son 3 cachorros y la paga es buena. -Yoko encerró en un círculo rojo el anuncio en el periódico.

-Yoko, hace años deje de ser niñera, desde la preparatoria técnicamente, ¿qué pasa si no puedo y me vuelven a despedir?

-Enid, eso es absurdo, tienes 3 hermanos menores que cuidaste toda tu vida. Llama, no pierdes nada. - dijo con una sonrisa.

Yoko acercó el teléfono del bar a Enid quien solo lo tomó dudosa.

[* * *]

Al otro lado de la ciudad, en una bonita casa había una alfa pelinegra peleando con su hijo quien se resistía a comer sus vegetales, la salsa de espagueti se estaba quemando en la estufa y sus dos otros hijos peleaban porque uno rompió el disco favorito del otro.

- ¡Mamá, Blace entro a mi cuarto otra vez!

- ¡No le creas! - acusó el mejor- . Es una mentirosa compulsiva.

- ¿Enserio?

Dijo Wednesday arqueando una ceja al ver a su hijo vestido con la ropa de su hermana mayor.

- Destruyó mi disco de Louis.

- Blah Blah Blah - se burlo-. Mentiras y más mentiras

-¡Te destruiré, cara de moco!

-¡Pues yo te destruiré y también le diré a toda tu escuela que te comes los mocos!

Dorian, de 1 año.

Blace, de 6 años.

Lilith, de 15 años.

Son niños buenos al menos el 60 % del tiempo, pero Wednesday tiene que admitir que desde que su ex esposa decidió que la vida familiar no era para ella, sus hijos se rehúsan a cooperar en hacer funcionar a su familia.

Era mucho trabajo para Wednesday poder mantener su trabajo, mantener contento a su jefe, y reconocía que era imposible mantener a los tres cachorros sin meterse en problemas, en especial a Lilith.

Los tres se adaptaron rápido al repentino pero ya esperado abandono de su madre, y Wednesday, ella estaba feliz sin la omega taladrando su cabeza con peleas y quejas absurdas día a día, malgastando el dinero en sus innecesarias salidas al extranjero y maltratando psicológicamente a sus cachorros como pasatiempo.

-Blace, deja en paz a Lilith, no debiste haber entrado a su habitación sin permiso y Lilith - hizo una pausa para soltar un suspiro pesado-. Apaga la estufa para que no explote la salsa.

Los dos rodaron los ojos

Mientras tanto Dorian se rehusaba a cooperar comiendo la zanahoria frente a él, pero al menos los gritos se habían detenido.

Wednesday pasó sus manos por su cabello frustrada y contó hasta tres.

Aunque siquiera antes de llegar al dos escucho como un cristal se rompía en el suelo.

-Perdón, ma. -Dijo Blace con vidrios rodeando sus pies y en gran charco de agua.

- Un problema a la vez- murmuró finalmente.

Tal vez el secreto era contar hasta 100 para evitar perder el control.

El teléfono comenzó a sonar por toda la sala haciendo a Wednesday emocionarse.

<<¡Tal vez ese anuncio en el periódico había funcionado!>>>

No quería que sus hijos se sintieran abandonados por ella, pero necesitaba ayuda, y era urgente o perdería su empleo por tantas llegadas tardías o documentos manchados con mantequilla de maní.

-¿Aló?

-B-buenos días, quiero decir tardes.- La dulce voz al otro lado rio y Wednesday sintió una calidez en el pecho. - Llamó por el empleo de niñera.

Wednesday chillo de emoción.

- ¿Cuando podría ser la entrevista? - pregunto con una sonrisa de oreja a oreja.

Llegó justo lo que necesitaba.

Gardenias and Coffee cups | WenclairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora