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El invierno había llegado a la ciudad, dando también paso a la oscuridad de la noche, envolviendo los rascacielos en un manto de luces titilantes. En lo alto de uno de los edificios más prestigiosos, se encontraba una azotea adornada con elegancia, lista para recibir a dos personas que estaban a punto de vivir un momento inolvidable.
Ajax Petropolus, esperaba nervioso mientras contemplaba la ciudad extendiéndose ante él. Su corazón latía con fuerza, lleno de emoción y anticipación por lo que estaba a punto de suceder. A su lado, estaba Enid, una joven que había llegado a su vida de manera inesperada, pero que había conquistado su corazón con su ternura y dulce aroma.
El camarero los guió hacia su mesa en la azotea, donde una cena exquisita los aguardaba. Ajax había planeado cada detalle con esmero, desde el vino hasta los platos más exquisitos, queriendo que esta noche fuera perfecta en todos los sentidos.
Durante la cena, las risas y las conversaciones animadas llenaron el aire, creando un ambiente de complicidad y cariño entre ellos. Ajax no podía apartar los ojos de Enid, admirando su belleza y su encanto con cada gesto y cada palabra.
Después de la última copa de vino y los postres compartidos, Ajax tomó la mano de Enid con suavidad, atrayéndola hacia él con ternura.
- Enid, desde el momento en que te conocí, supe que eras alguien especial. Has traído luz a mi vida de una manera que nunca imaginé posible. - dijo mirando profundamente a los ojos de la Omega.
- Ajax, tú también has traído mucha felicidad a mi vida. Nunca pensé que alguien pudiera entenderme y apoyarme como lo has hecho tú.
La Omega sonrió con timidez
-Quiero que sepas que estoy completamente enamorado de ti. Eres la persona más increíble que he conocido, y no puedo imaginar mi vida sin ti a mi lado. Enid, ¿quieres ser mi novia?
La Omega lo miro sorprendida, si bien esperaba algo especial había llegado el momento y ella se encontraba paralizada.
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Mientras tanto, al otro lado de la ciudad en la acogedora casa familiar, Wednesday, se encontraba sentada, en el sofá junto a sus tres hijos, intentando prestar toda su atención a la película que estaban viendo juntos.
-¿Felipe ya llegó al castillo? - pregunto tratando de concentrarce en la pantalla
Los niños asintieron emocionados, absorbidos por la trama de aventuras que se desarrollaba frente a ellos. Sin embargo, la mente de Wednesday vagaba, incapaz de apartar a Enid de sus pensamientos.
Mientras los personajes en la pantalla luchaban contra monstruos imaginarios, la alfa luchaba contra sus propios demonios internos, preguntándose si alguna vez tendría el coraje de confesarle a Enid lo que realmente sentía por ella.
