Capitulo 32

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La salida de Enid del hospital había sido, como mínimo, un caos. Wednesday no dejaba de preguntarle cada cinco segundos si estaba bien, su preocupación palpable en cada palabra y gesto. Divina, por otro lado, no dejaba de coquetear con Yoko, aprovechando cualquier oportunidad para lanzarle miradas y comentarios seductores. Entre tanto alboroto, Wednesday, presa de los nervios, había dejado a Eugene olvidado en el estacionamiento del hospital. Nadie se dio cuenta hasta que estaban a mitad de camino de regreso, obligándolos a dar la vuelta y regresar por él. Cuando llegaron, encontraron al alfa moreno sentado tranquilamente, disfrutando de un helado sin parecer demasiado molesto por el olvido.

Después de una hora más de peripecias y contratiempos, finalmente llegaron a casa. Wednesday y Divina se encargaron de llevar a Enid a su habitación, mientras Eugene se quedó en la cocina con Pericles y Dalia, ayudando a preparar la cena.

-Necesito ver unos pequeños asuntos del trabajo -dijo Wednesday, suspirando mientras se sentaba brevemente en la cama junto a Enid-. Yoko te hará compañía, prometo no tardar.

Se acercó y dejó un beso tierno en la frente de la rubia, acompañándolo con una leve caricia en su mejilla. Enid asintió con una sonrisa débil pero agradecida, y Wednesday salió de la habitación. En el marco de la puerta, los cachorros Addams, Lilith y Blaise, la miraban con sonrisas llenas de alegría y alivio.

-Bienvenida a casa, Nini -dijo Lilith con una sonrisa radiante, sus ojos brillando de emoción.

En ese momento, los pasos apresurados de Blaise se escucharon corriendo hacia la habitación. Sin embargo, se detuvo abruptamente al chocar ligeramente con su hermana, sonriendo avergonzado.

-Te extrañé mucho, Nini -dijo emocionado, lanzando una mirada de reojo hacia Yoko, como buscando su aprobación.

Enid sonrió ante la adoración de sus cachorros y extendió sus brazos hacia ellos.

-Yo también los extrañé mucho, cielo -dijo con cariño, su voz suave y maternal invitándolos a acercarse.

Lilith fue la primera en responder al llamado. Se inclinó a la altura de su madre, dejó un beso tierno en su mejilla y la abrazó suavemente por el cuello, cuidando de no lastimarla. Se apartó poco después, dejando espacio para que su hermano menor pudiera acercarse también. Blaise imitó los gestos de su hermana, abrazando a Enid con el mismo cuidado y amor.

Yoko observaba la escena con una sonrisa, sintiéndose un poco como una intrusa en un momento tan íntimo, pero al mismo tiempo agradecida de ser parte de esa familia tan especial.

-Nos aseguraremos de que Nini descanse y se sienta bien -dijo Yoko, dirigiéndose a Lilith y Blaise-. Ahora, ¿por qué no me ayudan a preparar algo especial para la cena? Así todos podemos celebrar que Nini está de vuelta en casa.

Gardenias and Coffee cups | WenclairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora