Extra II

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El sol de la tarde iluminaba suavemente la cocina de la casa que la alfa y la omega compartían. Todo estaba cuidadosamente preparado para lo que debía ser una sorpresa perfecta. La omega había pasado horas en la cocina, con la intención de revelar la noticia más importante de sus vidas de una manera especial. Había imaginado el momento, la emoción en los ojos de su alfa cuando viera el pastel y entendiera el mensaje: iban a ser padres.

La alfa entró en la cocina, olfateando el aire con curiosidad. Algo olía... diferente. En la mesa, había un pastel decorado con un glaseado vibrante de color blanco, sin pensarlo tomo una rebanada del postre.

- ¿Un pastel naranja y verde? - preguntó la alfa, con una mezcla de confusión en la voz.

La omega, que estaba terminando los últimos detalles, se giró rápidamente hacia la mesa. No podía entender cómo había salido tan mal. El pastel, que debía ser una suave representación de dulzura y ternura, parecía más bien una fiesta de colores saturados.

- ¿Cómo que naranja y verde? - murmuró la omega, acercándose apresuradamente a la mesa. Sus ojos se abrieron de par en par cuando vio el desastre. - ¡Malditos colorantes, los odio! - exclamó, frustrada.

La alfa, sin entender del todo la razón detrás del caos en el que su pareja parecía estar inmersa, dio un paso hacia ella, intentando calmar la situación.

- Es solo un pastel, mi amor, no pasa nada... - comenzó a decir con suavidad, pero la omega la interrumpió.

- ¡No es solo un pastel! ¡Esto se suponía que era especial! - gritó la omega, su frustración transformándose en histeria. Las lágrimas comenzaban a acumularse en sus ojos mientras miraba el desastre multicolor sobre la mesa. Se sentía devastada. Todo su esfuerzo, toda la emoción contenida por semanas... todo se había arruinado con un par de colores mal escogidos.

Antes de que la alfa pudiera decir algo más, la omega giró sobre sus talones y subió corriendo a la habitación que compartían. Cada paso resonaba en la escalera, marcando su frustración y vergüenza. No quería que la alfa la viera así, no después de haber soñado con ese momento.

La alfa, que había quedado en la cocina, observó el pastel con una mezcla de confusión y preocupación. Se encogió de hombros dejando su maletín en la mesa y tomando un pedazo de pastel gustosa.

- ¡Quedo muy bueno! - Exclamo con la boca llena.

Tal vez ella seria la comelona durante la dulce espera de su cachorro...

[* * *]

-Y listo.

Durante la mañana, había salido de la casa para comprar algunas cosas en el centro comercial cercano a la escuelo de sus cachorros. Aprovechando que su prometida trabaja hasta tarde, Lilith ira a sus clases de manejo, Blace y Dorian pasarían la tarde en casa de su tío, tendría el tiempo a su favor para alistar las cosas para darle a su alfa la buena noticia.

Gardenias and Coffee cups | WenclairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora