Un silencio sepulcral se apoderó del salón. La revelación de la figura encapuchada había sembrado la discordia entre los supervivientes. La confianza se había hecho añicos, dando paso a la duda y el miedo.
En medio de este caos, una voz se alzó con fuerza, desafiando la autoridad de la figura misteriosa.
"¿¡Por qué habríamos de creerte!? ¡Desde el principio lo único que hiciste fue arruinar nuestras vidas! ¿Ahora intentas ponernos los unos contra los otros?"
La figura encapuchada, que hasta ese momento se había mostrado fría y paciente, soltó un suspiro. Como si todo hubiera sido parte de su plan, se quitó la capucha con delicadeza, revelando finalmente su rostro.
"Porque soy la persona que peleó junto a ustedes en decenas de batallas para liberarnos de este maldito infierno."
La persona que se encontraba en el balcón era Asuna, mejor conocida como el Destello Veloz, la vice-capitana de los Caballeros de la Hermandad de Sangre.
La "revelación" me tomó por sorpresa por un segundo, pero considerando lo que había ocurrido y la información que solo Sachi y yo conocíamos, todo empezaba a tomar sentido.
Durante el alboroto de la situación, y el silencio agonizante de todos los que nos rodeaban, con más preguntas que respuestas, el hombre que estaba siendo sostenido como "rehén" comenzó a gritar.
"¡Idiotas! ¡No le crean! ¡¿No lo ven?! ¡Es una traidora!"
Algunos caballeros de la hermandad que estaban presentes actuaron de inmediato, pero con nerviosismo, ante los gritos de su "comandante".
"¡S-sí, ¡debe ser eso! ¡La vice-líder seguro fue la culpable detrás de todo esto!"
Un pequeño motín comenzó a formarse, los jugadores empezaban a mostrar rebeldía y no parecían aceptar la situación que Asuna intentaba hacerles comprender.
Un sentimiento de impotencia se apoderó de mí. Comencé a pensar que podría ayudarla con la situación, hacerles entender con la única información que tenía disponible, pero antes de que pudiera seguir "maquinando" mi plan, observé como el "Destello Veloz" alzó su mano un poco; una señal que claramente apuntaba hacia mí.
Levantando un poco más al hombre que estaba siendo declarado como traidor, Asuna alzó la voz y dio una orden mirando hacia "el cielo".
"¡Sistema! ¡Revela la verdadera apariencia del jugador!"
Un breve destello de luz comenzó a emanar del cuerpo del Comandante. Cuando se disipó, dejó atrás el rostro de una persona que había dedicado toda su vida a la investigación tecnológica.
Más que ayudar, el público seguía acumulando dudas, como si el estar encerrados dos años dentro de este mundo les hubiera hecho olvidar la mayor parte de lo que sucedió poco antes de ser encerrados.
Conociendo dicha probabilidad, decidí soltar por un momento a Sachi a quien, desde el momento que entramos a la sala, había estado abrazando.
"¿Qué sucede, Kirito?"
Tomé un segundo para tomar todo el aire que me fuera posible, y finalmente grité lo que llevaba guardándome desde el momento en que se había revelado el captor.
"¡Es Akihiko Kayaba! ¡Él fue el que creó el juego y arruinó nuestras vidas!"
Como si al grupo de jugadores de pronto se les hubiese encendido una bombilla por encima de sus cabezas, todos gritaron sorpresa al unísono y, sin dar un segundo de piedad, empezaron a pedir el linchamiento del hombre que yacía con cara horrorizada encima de las escaleras.
"¡Sistema! ¡Protégeme!"
Gritó con un tono de desesperación. Asuna, quien estaba preparando para tirarlo nuevamente por las escaleras, le dijo en tono impasible.
"Se te han revocado tus permisos de administración."
Lanzándolo a la turba iracunda que lo esperaba en la base de las escaleras.
La imagen, muy diferente a lo que me imaginé la primera vez que desperté estando encerrado en Aincrad, no era épica. No había una música de fondo, como normalmente el juego ponía en el ambiente de batallas. El único sonido venía de los insultos de la muchedumbre y los gritos de dolor lanzados por Kayaba.
En vez de una formación bien lograda para una batalla difícil con sus respectivas líneas de defensa, vanguardia y retaguardia, ante nosotros se encontraba un grupo de personas utilizando sus espadas, hachas y dagas para bajarle la vida rápidamente al autor de todo este juego maléfico.
Después de unos momentos, se escucharon los jadeos de los hombres y mujeres que habían participado en la "batalla". La única voz faltante, la de Akihiko Kayaba.
Al igual que una humillación para el "difunto", y sus "asesinos", una música melodiosa podía escucharse. No tan cerca, no muy lejos, independiente de la posición de uno mismo. Y en la ventana del salón, fuegos artificiales.
Encima de donde se encontraba el hombre, una ventana informativa diciendo: "Felicidades, jugadores, ¡Han completado SAO!".
Adelantándose al sistema, Asuna, quien había estado viendo todo sin moverse de su posición y con una expresión neutra, finalmente sonrió mientras nos alentaba a todos que pronto saldríamos de esta prisión. Sin embargo, antes de que pudiéramos preguntarle los detalles, ante las obvias incógnitas detrás de todo el "evento", junto con una luz, su cuerpo se desvaneció del balcón.
Diferente a lo que alguna vez "recordé", una ventana apareció frente a mí, diciendo que estaba habilitada la opción de desconexión.
"¿El castillo ya no será destruido?"
Sachi, quien también recibió dicha alerta, volteó su rostro hacia mí con lágrimas y una expresión de incredulidad.
"¿Lo... logramos, Kirito?"
Había logrado mantener la compostura, pero ante tales palabras, era imposible no derrumbar mi fachada.
"Sí, Sachi. Lo logramos."
Con una felicidad triste acerqué mis labios a los suyos, sellando nuestro destino para retomarlo fuera de este infierno.
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¿Sachi X Kirito? - Sword Art Online
Romance¿Una sola decisión distinta podría cambiar por completo una gran historia? ¿Qué harías si tuvieras la oportunidad de volver al pasado y cambiarlo? Que tal si... ella no hubiese muerto.