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Su rostro estaba pálido, sus mejillas estaban húmedas y frías, no abría los ojos por más que sacudía su cuerpo en intentos de despertarlo, el pánico se apoderó por completo de la situación, no pude hacer más y tuve que pensar rápido así que lo cargué a la camioneta.


David, despierta, por favor, no me hagas esto ¡David!


Sostuve su rostro entre mis manos.


Háblame, por favor, reacciona, ¡David! ¡Carajo!


No podía ser posible, sentía como todo se transforma en cámara lenta mientras pensaba en que hacer y me desesperaba, no podía pensar claramente y estaba sintiendo escalofríos en todo el cuerpo provocados por toda la adrenalina.

Busqué rápidamente una manta, cubrí su cuerpo que estaba frío y corrí al asiento de conductor, traté de ir lo más rápido posible al centro médico, pero sin dejar que la alteración de todo me hiciera perder la compostura.

Quería llorar de la culpa que sentía, todo era mi responsabilidad, había olvidado cerrar la maldita puerta con llave y ahora estaba sintiendo el peor de los miedos.

Tanto había intentado protegerlo y cuidarlo.


Había intentado evitar que sintiera ese maldito deseo por el alcohol y ahora todo era mi error, lo había dejado a su alcance.

El día estaba siendo extenuante, todavía me dolía el rostro, después ed la pelea con Eddie y ahora estaba llevando a David de emergencia, me sudaban las manos. Mientras conducía giraba a verlo por si abría los ojos, pero eso no sucedía y me sentía muy aterrado.

Apenas llegué lo cargué a la camilla.


¿Qué le ocurrió?

Creo que... se intoxicó, no despierta, estuvo bebiendo y... estaba en abstinencia.


Me sentía desesperado, no podía con la culpa, mi chico de porcelana había recaído, y no era así simplemente como beber una copa de vino, se había dejado llevar y ahora estaba inconsciente. Tan solo de pensar en que se había terminado dos botellas y quién sabía que más, pero el hecho de que apenas había almorzado un poco y su cuerpo no había soportado tanto alcohol, me dolía.

Llamé a mi padre, que rápidamente apareció, le conté todo lo que había ocurrido, estaba tan preocupado como yo. David era nuestra responsabilidad, estaba bajo nuestro cuidado, el temor iba creciendo a medida que los minutos avanzaban.

Y es que una persona podría morir si consume una cantidad excesiva de alcohol rápidamente en poco tiempo. Estaba aterrorizado con la imagen de su rostro con sus ojos cerrados y su piel fría.


Lo había descuidado.

La imagen rondando mi mente me rompía el corazón.

Él era fuerte, eso no iba a cambiar las cosas.

Era mi niño fuerte.


Por más que intentaba calmarme, no lo conseguía. Cubrí mi rostro con las manos, la frustración me superaba mientras esperábamos.

Tenía que despertar, debía despertar, no podía ser que fuera algo grave, no podía asimilarlo.

Un Verano Para Siempre | Ineffable HusbandsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora