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Estuvo muerto.

Y lo habían regresado.



Cuando el médico se acercó a ellos, escuché claramente cuando les dijo que la situación era crítica, que lo sentía mucho, pero que David era como una vela que poco a poco se iba apagando.



¿Cómo habíamos llegado a esa situación? ¿Cómo?


Ambos estaban llorando, y yo también, desde mi lado alejado de ellos, me sentía vacío.

No podía irse, David no.



Cuando ya estaba un poco más calmada, Ellie se acercó a mí y me dijo que lo mejor era que me fuera, que trataría de llamarme para contarme sobre el estado de David, pero yo no quería irme a pesar de que Alec no me quería cerca.

Solo lo hice por Ellie, que no quería ver a Alec tan alterado, así que tuve que dejar el hospital, pero iba a regresar, costara lo que costara.

Mientras estaba solo en la casa de mi padre en la ciudad, intenté dormir un poco, el viaje había sido largo, de muchas horas y tedioso por la preocupación. El día había sido muy agotador en general, pero estaba tan preocupado que a pesar de todo cansancio no podía dormir, solo quería una llamada, quería una noticia, saber que había despertado. Y no pasaba nada.

Mi novio de un verano, mi chico de porcelana, mi David, había intentado acabar con todo. No podía creerlo aún. Recordaba su sonrisa en esos días en el bosque, todo el tiempo había estado tan mal y lo había ocultado.

Ese hermoso verano juntos se convertiría en un invierno para siempre si él se iba.

No tenía idea de lo mal que estaban las cosas, nunca pensé que intentaría algo así.

Se estaba apagando, mi luz, mi David.



Al menos logré dormir un poco esa noche, pero no mucho en realidad, había llorado durante casi toda la madrugada, por él. Yo no era una persona de creencias, no era una persona de fe ni de plegarias, sin embargo, había rezado por él.

Lo amaba tanto que me dolía saber que estaba luchando por su vida, me destruía el hecho de que la vida fuera tan difícil y dura para personas tan maravillosas como él, me sentía confundido y perdido.



Deseaba poder hacerle feliz, deseaba poder prepararle una taza de chocolate caliente, sentarme a su lado en el sillón de la cabaña y besarlo hasta quedarnos dormidos juntos.

Quería cuidarlo, yo lo ayudaría a olvidar sus problemas, yo lo ayudaría a recuperarse.

Con paciencia, con amor, lo haría. Por él, todo lo hubiera hecho.

Estaría dispuesto a ayudarlo a estar sobrio, así tuviera que atravesar todas las fases difíciles del proceso, así temblara, así llorara, así se pusiera malhumorado o así no quisiera salir de la cama, yo le acompañaría, estaría para él.


Lo hubiera hecho todo, todo.


Solo quería que abriera sus ojos, solo quería que mi chico de porcelana despertara y estuviera sonriendo de nuevo.

Un Verano Para Siempre | Ineffable HusbandsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora