Un Verano Para Siempre | Ineffable Husbands

17

° Narra David °

Vi a Michael salir del restaurante y noté el preciso instante en el que su rostro adoptó un gesto de ira al ver a ese hombre sujetándome de la ropa, se apresuró a alejarlo de mí.

—¿Qué pasa contigo? ¡Eddie! ¡Estás mal de la cabeza!—

Lo alejó y se lo estaba llevando mientras le gritaba, yo me sentía aterrado.

Steve, que salió del restaurante, se acercó a mí rápidamente; se veía preocupado. Eddie se soltó del agarre de Michael y se le acercó a Steve.

—Steve, ¿Por qué han cambiado tanto conmigo? Éramos tan cercanos. ¿Ya no recuerdan los viejos tiempos?—

—¡Vete!— le dijo Michael

—Eddie vete, por favor... estás mal.— le dijo Steve y luego subió al auto conmigo, intentaba ayudarme a sentirme mejor con su mirada reconfortante, la verdad es que me hacía sentir protegido, pero eso no me iba a quitar el susto.

—¿Estás bien?— me preguntó, asentí.

Michael le estaba diciendo a Eddie que se fuera, pero se veía tan ebrio e insistente que no obedecía y no dejaba de murmurar cosas como que podían volver a intentarlo.

Me sentía muy incómodo con toda la situación.

—David... ¿Qué te dijo? Habla conmigo.— me dijo Michael acercándose cuando Eddie se alejaba caminando, bufando y murmurando.

Resoplé, pero no dije nada, no me sentía cómodo para hablar, estaba algo agotado y mareado.

Pero ahora, con todo eso, además estaba confundido e incómodo.

—Que no te asuste ese idiota, no dejes que te haga sentir mal.— me dijo Steve, estaba abrumado por todo, eran demasiados hechos para asimilarlos tan de pronto, ya estaba algo triste de escuchar la historia de mis abuelos, ahora no sabía como interpretar o manejar esa situación, no me correspondía vivir eso.

—Si vuelve a hacer algo parecido, deberías llamar a la policía.— le dijo Steve a Michael —Nos vemos pronto.— Se despidió y bajó del auto.

Michael tomó su lugar y cerró la puerta, estábamos ambos en los asientos de atrás, me miraba sintiéndose culpable y también se veía muy frustrado, podía leer sus movimientos, era como si quisiera volver en el tiempo y evitar esa situación.

—Perdona por eso, no sé qué le sucede, tú no tienes por qué pasar por estas situaciones, es un idiota, no voy a dejar que vuelva a molestarte. —

—Él... me asusta mucho. — me sinceré.

—¿Qué fue lo que te dijo?—

—Muchas cosas, como que... soy un problema para él...—

—¿Qué demonios le pasa? Perdóname, eso no debió pasar, no entiendo qué le ocurre.—

—Creo que está celoso... de vernos juntos... me dijo que en los pueblos pequeños las parejas que terminan siempre regresan.—

—Yo nunca volveré con ese idiota. Solo quiero ir casa contigo.—

Sonreí.