Un Verano Para Siempre | Ineffable Husbands

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Fuimos a almorzar en un lugar cerca de la veterinaria, el restaurante de su familia estaba repleto de gente y me dijo que iriamos para la cena. Aún así parecía conocer a todo el mundo en el otro restaurante, todas las personas que lo saludaban y luego me miraban, eran muy amables y alegres. 

Él estaba intentando hacerme sentir bien, y es que después de esa llamada me sentía devastado.

Estaba sintiéndome arrepentido de haber llamado a mis padres.

Si tan solo no lo hubiera hecho, no me habría torturado mentalmente con que era el peor hijo del mundo.

— Lamento que tu padre no pueda afrontar este problema contigo...—

— No es su culpa que lo tenga.—

— A lo mejor sí.—

— No lo sé, soy un desastre.—

La comida estaba frente a mí y no tenía hambre, jugaba con el cubierto como si eso fuera a darme apetito.

— Eres fuerte, pero no lo sabes...—

—No me siento fuerte, quiero beber, y me duele la cabeza, siento que va a explotar.—

—¿Seguro que no quieres regresar al bosque?—

—No. Es agradable estar aquí, no quiero ir aún.—

No podía cambiar mi expresión de tristeza, y sabía que se notaba a kilómetros, sentía como si no tuviera el control de mi cuerpo, ya estaba harto de temblar y sudar, y todo se veía borroso.

Después de almorzar me dijo que me llevaría a un lugar y subimos al auto.

Me miraba mucho durante el camino, no quería que sintiera lástima por mí así que simplemente fingía una sonrisa para tranquilizarlo.

¿Y si papá tenía razón, y yo era, egoísta?

Por hacer que las personas tuvieran que lidiar con mis problemas.

Ahora Michael estaba preocupado por mí, y no quería eso.

A lo mejor siempre había sido egoísta por querer que ellos estuvieran más tiempo conmigo.

No tenía derecho de pedirles eso.

¿Lo tenía?

Íbamos por la carretera subiendo por un camino algo empinado, podía ver los árboles a la distancia, por muy abajo de nosotros, el viento era mágico, distinto.

Detuvo el auto donde la vista era muy tranquilizadora, había una solitaria banca al lado del camino, se sentó observándome con una sonrisa. La vista al frente era hermosa, me senté a su lado.