11

224 45 84
                                    

° Narra David °


Yo no era del tipo romántico, de hecho en fiestas solía ser el que intentaba verse como el chico rebelde, como el distinto, fingiendo ser algo que pudiera ocultar mi corazón destrozado, mi solitaria vida, esa ausencia de algo.


Y me habían besado, y yo había besado.


Pero nunca como él.


Mañana iremos al pueblo, bueno, no puedo dejarte solo después de tú... caída... aprovecharé en ver a mi padre y ver cómo van las cosas en la veterinaria.

Oh, cierto, eres veterinario.

¿Lo sabías?


Asentí triste por haber estado hurgando en sus cosas aquel día en busca de alcohol.


Estaba buscando... ya sabes, vi tu anuario...— me abrazó por el hombro, creí que se enojaría por eso, algo me hacía pensar que me diría que estaba loco y desesperado, pero no lo hizo. Parecía estar tratando de entenderme y eso era algo diferente para mí. Creo que hasta ese momento nunca nadie había intentado entenderme.

Mientras estés aquí te ayudaré a estar sobrio, además, sobrio podrás sentir todo con más intensidad. Pero lo mejor de todo es que podrás recordarlo...


Tenía razón, aunque me era difícil imaginar aguantar tan solo un día más sin beber.


¿O acaso no quieres recordar este verano?— me preguntó, le sonreí, me acarició la mejilla.

Claro que sí quiero...


Después de cenar tomó mi mano, me llevó a su habitación donde hablamos durante un par de horas, estuvo contándome historias del pueblo, del bosque, no podía dejar de escuchar su voz ni dejar de mirarlo.

Antes de dormir, me prestó una polera y cuando me recosté sobre su hombro, me abrigó. Estaba cuidando de mí, a pesar del desastre que yo era, me cuidaba.

A pesar de lo torpe que era.


Lo hacía.

Esa noche dormí con él, y no se sintió tan fría como las anteriores.

Por alguna razón, durante la noche visualicé aquella mañana, en la que había despertado desnudo en esa cama desconocida. Ese día en el que mis amigos me habían tratado como si hubiera hecho algo importante, como si la hubiera pasado bien y me observaban como si estuvieran orgullosos de mí; cuando yo no lograba recordar nada.

No sabía qué hora era, pero en medio de la noche comencé a darme cuenta de las cosas, quizá tan solo bastaba eso, detenerme a pensarlo un momento, detenerme a analizar la situación para descubrir lo que me había pasado.


Oh no.

Comencé a llorar de forma incontrolable, era como descubrir algo que sucedió sin permiso, algo que pasó sin pedirlo.

Lo peor de todo era que no lo recordaba, y muy en el fondo sabía exactamente qué había pasado. ¿Qué más justificación se necesita para romperte y llorar desconsoladamente? Aun aparentando que no era de 'los que lloran'.

Un Verano Para Siempre | Ineffable HusbandsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora