Veintisiete: Te ví

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Las predicciones de Lisa y Rosé no eran del todo descabelladas. Jennie rápidamente adquirió una base de fans sólida, después de todo su libro había sido un éxito total en ventas, todo el mundo había amado la historia de Jane. Dadas las circunstancias, crear una secuela fue casi inevitable. Aunque en mi opinión el primer libro es el mejor.

Esa noche llegaste a casa, después de asistir a otra entrega de premios, pronunciaste tu discurso, recibiste un par de aplausos, conversaste con unas cuantas personas y ahora estás aquí, de vuelta al mismo lugar.

Ni siquiera te tomaste la molestia de quitarte ese vestido rojo, únicamente le dijiste adiós a las zapatillas. Te detuviste frente a la enorme ventana de tu habitación, dejaste caer tu cuerpo en la alfombra, liberaste ese par de lágrimas que trataste de contener durante todo el camino.

Esos sueños de los que tanto hablaste con el abuelo se habían convertido en una realidad, tenías una estatuilla de bronce en tus manos, una linda casa, un auto y buenos amigos, pero nada de eso parecía ser suficiente.

Yo no dejaba de preguntarme, ¿por qué no podías ser feliz? ¿Por qué siempre parecía existir una razón para no sentirse completo? ¿Esta era la vida de la que todos huían?

Es difícil de explicar, no podía definir completamente que era lo que pasaba, sonreías y llorabas al mismo tiempo, supongo que la vida es así, sorprendente y en muchas ocasiones puede carecer de sentido, alguien que está feliz y triste al mismo tiempo. El futuro te hace soñar y el pasado te mantiene despierto.

Veías el caer de la lluvia como si existiera algo tremendamente interesante en ello. Las gotas de agua del exterior parecían estar sincronizadas con las que se deslizaban por tus mejillas. El silencio me permitía escuchar con claridad los latidos de tu corazón.

Te había visto al menos un millón de veces, de todas las formas posibles, pero ninguna como esta. Bajo la luz de la luna, abrazando tu propio cuerpo, mirando al exterior como si fuese completamente desconocido. Te observe sin saber exactamente que buscar, sin saber que podía encontrar, a estas alturas conocía a la perfección el mapa que trazaban todos esas líneas y formas que había en tu rostro. Todas las noches pedía lo mismo, ser capaz de preservar esa imagen en mi memoria.

Era evidente que con el paso del tiempo cambiaste, tu cuerpo no era el mismo, tu voz no sonaba de la misma forma y tu cabello no era del mismo color, pero tus ojos, eran los mismos de siempre.

Seguías siendo la misma chica que lloraba en la ducha después de una discusión con mamá, la misma que comía el almuerzo debajo de un árbol, aquella que le regalaba una sonrisa a todos, esa chica que pasaba horas en mundos creados por libros.

Te miré y entonces entendí quien eras.

Aun eres esa chica que le tiene miedo a las tortugas, la misma que ama escuchar historias, aquella que le pide deseos a las estrellas, que ama sinceramente y dice siempre lo que piensa. Eres esa chica a la que le rompieron el corazón un par de veces, la que descubrió que no todas las familias son perfectas. Eres toda la poesía que escribes, las canciones que escuchas, las lágrimas que derramas al ver la misma película una y otra vez. Eres las sonrisas de las personas que te aman y todas esas conversaciones que tienes con extraños.

Eres dolor, soledad de las mañanas, las dudas que te invaden en las noches, los miedos que toman formas de monstruos. Eres las gotas de agua que se deslizaban por tu piel, los rayos del sol, la emoción de las primeras veces, eres todos esos atardeceres que tus ojos han visto.

Comprendí que tú eras el significado de vida.

Te observe y solo por un instante quise creer que podías sentirme. Me acerqué a ti, tracé el contorno de todas las líneas y bordes que dibujaban tu rostro, imaginé como sería tocarlos. Intenté tocar, pero mis yemas flotaban, eran como fantasmas, una delgada capa se interponía entre nosotros. Me sentía tan cerca y tan lejos al mismo tiempo.

Y entonces me miraste. Podía ver con claridad todos los mundos que existían dentro de tus ojos, como si de alguna forma me sintieras. Me quedé paralizada porque a diferencia de otras veces tus ojos en ningún momento abandonaron los míos. Estábamos frente a frente, respirando el mismo aire, deseando lo mismo.

Pude verlo, levantaste tu mano y la acercaste lentamente a mí rostro, como si yo fuese real. Mi corazón saltó emocionado con anticipación, pensé por unos minutos que podría ser posible, pero entonces a tan solo unos centímetros de mi mejilla, retiraste la mano. Esa fue la única forma en la que pude regresar a la realidad, a lo que era.

Lloré.

Lloré porque descubrí que no quería pasar el resto de mi vida en las sombras, no quería pasar el resto de la eternidad deseando tocarte, no quería seguir conteniendo todas estas palabras, no quería ser invisible para ti.

Lloré porque deseaba estar viva. 

...

N/A: ¿Qué debería hacer Jisoo?

Falling in LifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora