Capítulo 2

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Capítulo 2

Deberías prestar más atención
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Miércoles 27 de enero de 2016.

Estábamos en enero, a finales de mes para ser exactos, y faltaba una semana para entrar a clases. Yo estaba comprando algunas cosas que necesitaría para mis clases, en realidad eran cosas muy básicas, como algunos bolígrafos. Mis padres ya habían comprado todo lo necesario, pero aproveché mi salida con Zack para comprar eso que necesitaba. Ese tipo de bolígrafos de punta fina que solo he visto que los venden en esta tienda.

Normalmente, Káiser es quién me acompaña a comprarlos, pero éste año volvió a Inglaterra a inicios de enero.

A pesar de nuestras peleas y lo fastidioso que es, lo extrañaba.

Zack y yo habíamos salido a nuestra décima cita. Siendo sincera, paso mucho tiempo con él, incluso mi mejor amiga Jimena, Mena para mi, estaba enojada porque le cancelé algunos de nuestros planes por salir con Zack. Pero, le prometí que toda la siguiente semana la pasaremos juntas. Donde no estuviera Zack, por supuesto, porque ella lo detesta.

Es solo que hoy no podía cancelarle a Zack porque hoy cumplíamos un mes de novios.

La tienda en la que estamos queda dentro del centro comercial metropolitano, es muy grande y es de mis lugares favoritos, además, me encanta la variedad de tiendas que hay. Ésta en específico, me recuerda un poco a una qué sale en los libros de Harry Potter, en esa venden varitas, y aquí venden bolígrafos de todos los tipos.

Ahora mismo, estoy formada en la fila para pagar los siete bolígrafos y los tres marcadores que elegí. Zack está a mi lado, uno de sus brazos rodea mis hombros y hace que mi hombro derecho esté pegado en su cuerpo.

Al salir de la tienda, subimos al segundo piso, por las escaleras eléctricas, hacia la zona de comidas y decidimos comer en una de las tiendas de ahí.

Después de almorzar, salimos del lugar. Zack quiso ir al baño, y yo olvidé comprar mi helado de caramelo favorito, como Zack estaba tardando tanto, decidí volver a la tienda y comprarlo, me formé en la fila donde repartían el helado y cuando llegó mi turno, le dije al chico que atendía, el helado que quería y luego me hice a un lado esperando a que llegara mi turno para ser entregado.

Habían unas personas más junto a mi, una señora junto a sus hijos pequeños por mi derecha y un chico alto por mi izquierda, todos esperábamos nuestro respectivo helado, además de algunas otras personas más que conté. Como algunos estaban en la fila antes de mí al momento de ordenar, les entregaron sus helados antes y lo pagaban al momento de recibirlo.

Observé al chico que atendía aproximarse con un helado de caramelo en sus manos.

¡Por fin llegó mi turno!

—Caramelo con vainilla —habló el chico y rápidamente me acerqué, con el dinero en mis manos, lo tomé y sin poder evitarlo levanté la pequeña cuchara qué lo acompañaba y tomé una porción hasta llevarlo a mi boca. El sabor me hizo cerrar los ojos.

¡Mmmm, caramelo!

Y vainilla.

¿VAINILLA?

Éste no era mi helado.

Sentí la presencia de alguien más detrás de mí. Ni siquiera pude levantar el rostro cuando el chico que atendía me decía que ese no era para mi. Miré detalladamente el helado en el vaso qué sostenía, caramelo encima y vainilla en su interior. Mi helado ni siquiera incluía vasito ni cuchara. Solo un cono. Este era mucho más caro, y ni siquiera me alcanzaba para pagarlo con el dinero que aún tenía en mis manos, había gastado la mayoría del efectivo en las cosas que compré.

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