Capítulo 6

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Este capítulo está dedicado a Jjf7jb, gracias por escuchar cada una de mis ideas. 💜

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  Capítulo 6

Mi hermana Mena y mi pequeño Kokoro
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Sábado 13 de febrero de 2016.

Miraba como los rayos de sol bañaban cada centímetro del barco. Me acerqué a la borda y mi vista se perdió en la inmensidad del vasto océano. En el cielo no había ni una sola nube. Todo era tan tranquilo. No había nadie alterara esta calma.
¿Por qué no hay nadie aquí? Ni siquiera estaba el capitán. El pánico invadió rápidamente todo mi sistema, miré el cielo, ya no estaba despejado, ahora estaba adornado por gigantescas nubes oscuras. La marea embravecida movía el barco sin piedad. Cerré los ojos con fuerza provocado por el temor. Iba a suceder lo inevitable.

—Cariño —escuchaba la voz de mamá en la lejanía, y sentía un leve zarandeo—. Cariño despierta.

¿He muerto?

Abrí un ojo y me encontré con la cara de mi madre.

¡Ha sido solo un sueño!

¡Estoy viva!

—Mena llamó, su hijo partirá en buen año.

—¿Qué? —me senté precipitadamente en la cama, y todo mi cuerpo reclamó en protesta. Lo primero que noté fue la puerta negra y entreabierta del closet frente a mi cama, en ella estaba el vestido vestido azul que dejé ayer, colgando del gancho.

Se me cruzaron los cables.

¿Desde cuándo Mena tiene un hijo?

¿Y por qué yo no soy la madrina?

—Mena llamó, dijo que llegará en un rato —mamá me miraba como si tuviera tres ojos, y yo la miraba a ella como si fuera una figura abstracta a la que intentaba hallarle forma.

¡Ahhh!

Eso era, no entiendo nada cuando me hablan apenas despierto.

Froté mis ojos, intentando deshacerme de las ganas de volver a dormir. Cuando mi cerebro por fin tuvo señal, pude entender quién estaba junto a mí sentada en la cama.

—¡Mamá! —dije tirándome en sus brazos, y mamá me reconfortó acariciando mi espalda y peinando mi cabello con la suave palma de su mano.

A la semana, solo veo a mis padres en las mañanas de lunes a viernes, y en las noches. Los sábados puedo estar con ellos hasta que el reloj marca las seis de la tarde porque pasan las noches fuera de casa. La empresa en la que trabajan siempre realiza reuniones semanales todos los sábados, y alguien tuvo la magnífica idea de decir que se hicieran en las noches. Esa es la razón por la que salen los sábados, y algunas veces la reunión termina tan tarde que no alcanzan a llegar a la casa por lo que se quedan en un hotel cercano a la empresa, y regresan a la casa apenas sale el sol del día siguiente: domingo.

Esos días, ellos no trabajan por lo que son totalmente míos.

—¿Qué hora es? —pregunté, aún envuelta en sus brazos, y mirando la blusa azul floreada de mamá, pude percibir el olor de su shampoo, pero su cabello no estaba húmedo. O sea, que hace unas horas se bañó.

—Casi serán las once de la mañana —respondió mirando la hora en el reloj de su muñeca.

Increíble que haya dormido tanto, ayer me dormí temprano, bueno me costó un poco dormir, pero si logré conciliar el sueño. Seguro es porque no dormí bien toda la semana y mi cuerpo quería recuperar las horas de sueño perdidas.

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