Capítulo 20

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Capítulo 20

Piedra, papel y ¿sierra?

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Martes 28 de junio de 2016.

Verano.

Adoro el verano. Desde que abro los ojos, el sol está en lo alto del cielo, su cálida presencia me hace sentir alegre por alguna razón. Me hace pensar que aunque las cosas vayan mal siempre pueden mejorar. Así de positiva me hace sentir el verano. Podría asegurar que es mi estación favorita del año.

Las hojas de los árboles se ven más brillantes y es una vista refrescante a la vista. La belleza de las flores le otorga cierta vibrancia al día. Inhalé profundo, el aire fresco de la mañana me hizo sentir más confiada. Subí al autobús y busqué un asiento libre.

La semana anterior dió inicio a la época de exámenes, éstos involucran siete días hábiles para efectuarse, es decir, una semana completa, más dos días de la siguiente semana. Ayer hice un examen y hoy se terminarán los fastidiosos cuestionarios infinitos. Estoy deseando llegar a casa y descansar.

Cuando estamos en ésta época, nuestro horario cambia, la hora de ingreso al instituto es a las nueve de la mañana y una vez terminemos de resolver el examen, nos permiten regresar a nuestras casas. Por ese lado todo está bien, lo malo es el extenso contenido de cada uno de los exámenes, las numerosas preguntas son las responsables de que demoremos más tiempo en salir.

Repasé en mi mente las palabras que ya sabía, y me esforcé en memorizar aquellas que no lograba aprender. El examen con que concluiríamos es Italiano, y por alguna razón me sentía bastante confiada.

Bien, no voy a negarlo. Me siento sumamente confiada y preparada gracias a mi tutor.

Lo único que me tiene un tanto nerviosa es que el chófer del autobús está demorando en llegar al instituto, se le ve muy feliz admirando el paisaje con total calma y entretenimiento. Eso me pone aún más nerviosa, está atento a todo menos a la carretera, claro, no lo juzgo el día está increíble, pero, ¡por favor podría acelerar un poco y prestar atención a la carretera! Eso me pasa por no tomar el autobús anterior a éste.

Exhalé profundamente intentando calmarme, dejando ir en esa exhalación, o al menos intentándolo, todos los pensamientos que me están causando estrés.

Saqué mi teléfono de la mochila que he estado usando estos últimos días, al no tener que llevar cuadernos pude llevar mi linda y pequeña mochila blanca de RJ, su linda carita me hizo pensar en cosas adorables, y su lindo color me hizo sentir un poco más tranquila.

¡Ay, la psicologia de los colores!

Desbloqueé mi teléfono y accedí a la galería de fotos hasta llegar a la carpeta donde guardo las fotos que tengo con Zack, eran muy pocas, en realidad, únicamente quince fotos, diez donde salimos ambos y cinco que había robado de una de sus redes sociales. La extraña relación que tengo con Zack está tan fría y congelada como el Iceberg que golpeó el lateral del Titanic. Más de un mes ha pasado desde que encontré esos chupetones (que yo creía eran por alergia), en su cuello. Desde entonces he estado atenta a su comportamiento, buscando a la posible chica que causó tales marcas.

No soy tonta, sé bien que la única con la que Zack más se relaciona es Cherry Relish, pero él ha sido bastante cauteloso cerca de ella.

Después de hablar con Mena y ser aconsejada por ella, hablé con Zack y le pedí tiempo para reflexionar, y no se opuso, tampoco fue como si le diera importancia a mi opinión, casi parecía que le estaba haciendo un favor. Más de un mes ha pasado. Desde entonces he intercambiado únicamente saludos de buenos días con él.

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