Capítulo 12

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   Capítulo 12

Mejores Amigos
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Domingo 20 de marzo de 2016. 

09:42 am.

—¿En serio no te molesta que me quede? 

Suspiré, esta es la quinta vez que me lo pregunta. 

Solté el libro de lomo verde y pasta dura de gramática italiana que me prestó Taylan y lo coloqué sobre el escritorio de mi habitación frente a mí, giré encontrándome con los grandes ojos de mi amiga. Ayer fue nuestro Sábado de encanto y se quedó a dormir como es costumbre, llevaba un short de color gris de largas tiras negras y una blusa roja con un estampado de un gato azul, su cabello castaño estaba recogido en lo alto de su cabeza en un moño desordenado, que cada dos o tres minutos tenía que volver a armar por lo inquieta que estaba. 

El día está muy caluroso, ambas llevábamos ropa ligera, por mi parte me coloqué un vestido celeste y mi cabello lo llevó igual que Mena, respecto a mis zapatos, en algún momento dejaron mis pies y deben estar donde menos imagino. 

No señalaré a nadie, pero hace unos minutos una bola de pelos los secuestró. 

—¿Por qué me molestaría que te quedes? 

—No sé a lo mejor quieres tener más privacidad con tu tutor… —levantó sus cejas de forma pícara. 

Tomé el marcador verde que descansaba sobre el escritorio y se lo lancé. Claramente lo atrapó en el aire, Mena es muy buena atrapando cosas, tiene un gran experiencia gracias al basketball

¿Y cómo fue qué llegamos al punto en que Taylan vendrá a darme mi primera clase de tutorías? 

Todo pasó ayer en la tarde mientras conversábamos Mena y yo con Káiser, estábamos debatiendo la mejor forma para que mi hermano se acerque a una chica que le gusta de su facultad, mientras Mena le daba consejos sobre acercarse y ya, yo le dije que se lo tomara con calma y fuera paso a paso. Fue entonces cuando tuve que callarme al escuchar el sonido de mensajería en mi teléfono, lo tomé imaginando cualquier cosa menos que serían dos mensajes de Taylan. En uno me saludaba y en el otro me preguntaba si estaría disponible mañana para recibir tutorías. Le respondí su saludo y le dije que estaba disponible, obviamente no iba a desaprovechar la oportunidad de mejorar en italiano. A mi lado Mena se imaginó todos los escenarios posibles y brincaba eufórica sobre la cama, tuve que introducir un malvavisco en su boca para que guardara silencio, justo teníamos a Káiser frente a nosotras mirándonos confundido a través de la pantalla de mi computadora, pero no hizo preguntas al respecto. Solo prometió llamar pronto y esperaba que lo pusiéramos al día... 

Después de responderle a Taylan, inmediatamente recibí otro mensaje suyo preguntándome sobre dónde me gustaría recibir las tutorías y a qué hora me parecía mejor. Lo pensé por unos minutos y le respondí diciéndole que en mi casa estaría bien, sería más cómodo, además le pregunté a mis padres y estuvieron de acuerdo, después solo restó enviarle la dirección. Finalmente quedamos a las 14:00 pm. 

Aún faltan algunas horas para que lleguen las dos de la tarde, y hasta entonces las he estado utilizando leyendo el libro de gramática. 

Me siento como una persona muy responsable. 

Eccellente signorina, diría la profesora Greta Sorrentino. 

—Solo es mi tutor Mena, hará que suba mi rendimiento académico y ya —respondí tomando el libro—. Además, no vamos a estar solos, mamá y papá siempre están aquí, y tú no vas a dejarme, ¿cierto? 

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