Al otro día desperté bastante tarde. Definitivamente dormir sin preocupaciones fue otra de las muchas cosas que extrañé. Después de ponerme presentable me dirigí hacia la cocina para preparar algo de comer. Al llegar allí, vi a un concentrado Zack sentado frente a la isla de la cocina mientras escribía en un cuaderno.
No sabía que le gustaba escribir.
Me pregunto qué estará escribiendo.
Dejándome llevar por la curiosidad y aprovechando que él no me había visto porque estaba de espaldas, avancé en su dirección para sorprenderlo.
—Buenos días, Zack —emití muy cerca de su oído, motivo por el cual dio un gracioso respingo y acto seguido cerró el cuaderno a la velocidad de la luz.
Me pregunto qué tenía ahí escrito que yo no podía leer.
—¿Es tu diario? —pregunté, curiosa.
—No —gruñó, desviando la mirada.
—¿Escribes poesía?
—No —dijo con igual tono, esquivo.
—Te veías muy concentrado —comenté—. ¿Qué estabas escribiendo?
—No te incumbe —masculló, alejando de mi alcance el cuaderno de cubierta negra.
—Si no quieres contarme, no pasa nada... —respondí, intentando disimular que estaba dolida debido a su ríspida actitud.
Éramos amigos desde niños. No había necesidad de ocultarme nada y mucho menos de tratarme de esa forma; pero era su privacidad y yo debía respetarla.
—¿Ya almorzaste? —cambié el tema.
—Aún no. Estaba... —se detuvo de repente.
—¿Muy ocupado escribiendo algo que no quieres mostrarme? —completé por él con una sonrisa, pero mi comentario no le hizo ni la menor gracia.
—¿Quieres que cocinemos juntos? —propuso de pronto.
—Sí, claro... —musité, sosteniendo su oscura mirada mientras él se ponía de pie.
Por alguna razón me hacía ilusión cocinar con él. Bueno, en realidad cualquier actividad que fuera junto a Zack me hacía ilusión.
Después de mi respuesta él buscó varios ingredientes y luego comenzamos a preparar los alimentos en silencio. Cada uno estaba inmerso en lo que hacía, pero aun así mi atención se desviaba cada vez que rozaba mi brazo con su codo o cuando tarareaba esporádicamente. Su perfil cuando estaba distraído era más hermoso de lo normal.
Debo parecer una acosadora mirándolo cuando él no ve...
—Auch —gruñí, esbozando una mueca de dolor cuando me corté con el cuchillo.
Eso te pasa por estar mirando lo que no debes.
—Pheebs, ¿estás bien? —indagó Zack, abandonando su actividad para mirar mi dedo herido.
—No es nada... —le resté importancia, intentando liberar mi mano de su agarre, pero él no lo permitió.
—Pheebs —me regañó, ceñudo y con un brillo diferente en la mirada. Acaso estaba... ¿preocupado?—. No parece profunda —concluyó después de examinar mi dedo. Luego buscó en la alacena un pequeño botiquín para curarme con delicadeza y atención.
Su gesto me hizo evocar un hermoso recuerdo de mi infancia.
—Zack, no corras tan rápido —le pedí mientras lo perseguía.
![](https://img.wattpad.com/cover/311380977-288-k485350.jpg)
ESTÁS LEYENDO
El secreto más evidente [R2]
Teen FictionTrilogía REFORMERS. Libro 2. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Desde pequeña Phoebe Warm sufrió la amarga experiencia del desamor, ya que creció en un lugar sombrío e infernal. En medio de su caótico mundo solo...