Londres
Agosto 1971
-Terry, ¿dónde estás???? Carajo...
El pobre infeliz de mi esposo salió con cara de espanto de la habitación que antes ocupara Archie cuando empezamos la universidad, ya estaba casi completamente acondicionado para la llegada de nuestro bebé.
- ¿Qué pasa Pecas?
- ¿Que haces ahí escondido si ya está todo listo desde hace tres semanas? te estás escondiendo de mí, ¿no es así?
- No-Pero su rostro lo delataba- estaba revisando que el moisés estuviera bien armado.
Mi pobre marido ha soportado con estoicismo mi pésimo humor en las últimas tres semanas, se supone que yo debiera dar a luz desde la semana pasada pero este pedazo de Grandchester se ha rebelado y no ha querido salir de su guarida y yo me siento fatal.
-¿Necesitas algo Pecas?
- Me siento peor que nunca, mis pies parecen sapos y ...bueno, estoy harta, ¡HARTA!!!!...sácame a este bebé por favor.
- ¿Qué? ¿Cómo es eso posible?-Él me miró dudando de mis palabras.
- Usa el maldito aparato que usaste para ponérmelo adentro- le puse mi mano en su entrepierna.
- ¿Perdón???
- Fóllame fuerte, con un demonio.
- Y esas "amables" palabras han sido suficientes para lograr encenderme- me contestó irónico.
- No te daré la explicación científica de como el semen provoca las contracciones de parto, solo hazlo y ya.
- Mhhhh más "motivación" para mí. Me miró un poco molesto.
Terry estaba en jeans sin camisa y descalzo, era pleno verano londinense y hacía mucho calor.
- Por favor Terry, ten piedad de mí...
- Dime algo romántico- el estúpido inútil de mi marido seguía en su juego de fastidiarme.
- Cógeme o te tiro las bolas de una patada.
- Suficiente "interludio" para mí- dijo entre carcajadas.
Me besó primero temeroso de que de una mordida rabiosa le fuera a arrancar los labios, cuando vió que nada violento iba a suceder, comenzó a profundizar el beso. Mi enorme vientre chocaba con su perfecto abdomen, él con una mano me tomaba de la nuca para acercarme y con la otra empezaba a acariciar mis hinchados y sensibles pechos, yo mantenía mis manos sobre su torso acariciándolo.
Me separé un poco de su beso caliente para preguntarle
-¿Todavía te gusto? ¿Así como estoy? ¿de este tamaño?
- ¿Estás bromeando? Eres tan hermosa y llevas cargando a mi hijo, y éstas tetas- estrujó mis pechos con desbordante lujuria- me vuelven loco, estoy muy celoso de que "el parásito" no quiera compartirlas después- le dí un buen golpe en el brazo pero él ni se inmutó, prosiguió con su tarea de besarme.El ritmo de nuestra respiración aumentaba al igual que nuestra excitación.
Me quitó el enorme camisón de algodón que estaba usando, dejó mis labios para dejar con su lengua un húmedo camino hasta mis pechos, los chupó, besó y succionó, fue una perfecta distracción para todos mis malestares, después me tomó de la mano y me llevó a nuestra cama acomodando varios almohadones debajo de mis nalgas, y arrodillado frente a mí con mis piernas descansando en su torso comenzó a penetrarme suavemente
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Swinging London
FanfictionNo hay disfraz que pueda largo tiempo ocultar el amor donde lo hay, ni fingirlo donde no lo hay FRANÇOIS DE LA ROCHEFOUCAULD Candy y Terry son los típicos adolescentes rebeldes. Él es el hijo ilegítimo de un noble inglés con una actriz americana...