Groovy kind of love
When you're close to me,
I can feel your heart beat
I can hear you breathing near my ear
Diciembre 1963
Hoy viajé con Terry a Nueva York, todo ha sido tan perfecto que me siento como en una película romántica de Doris Day, dormir sintiendo su calor en el avión, ser mimada por su nana, visitar el lugar especial de su infancia en la Biblioteca Pública de Nueva York, patinar y sentir sus manos entrelazadas con las mías, sus abrazos, su cuerpo junto al mío, comprarme todos los adornos de navidad que nuestras manos pudieron cargar, llevarme a ver el árbol de navidad al Centro Rockefeller con un delicioso chocolate caliente y galletas, en fin demasiado perfecto, pero, en el momento en que tomó mis manos y me hizo la más hermosa declaración de amor posible, Jesús, creo que casi morí.
—Quiero saber si tú sientes por mi algo más que la amistad que nos hemos regalado todos estos años, sé sincera y dime si tengo alguna oportunidad de que me abras tu corazón y logre enamorarte.
—T…T…Terry yo…yo…—Pude ver el miedo en sus ojos, miedo de haber cruzado una frontera infranqueable, y yo, como casi nunca en mi vida, simplemente estaba muda, nada salía de mi boca.
—Candy—Nunca lo había visto titubeante y tan nervioso—Perdóname, yo...yo no quise incomodarte—soltó mis manos y pasó las suyas por su rostro en señal de frustración, carajo Candice, haz algo, responde, muévete, ¡Haz algo!
—Pecas, podrías solo olvidar esta tontería y…—Yo seguía sin poder articular palabra alguna, entonces hice lo que se me hizo más adecuado, me lancé a sus brazos y lo besé.
Él quedó por unos momentos estático, creo que logré sorprenderlo, reaccionó muy poco tiempo después, con una mano me tomó de la nuca y con la otra mano se aferraba a mi espalda.
No era mi primer beso con él, recuerdo ese tonto juego de la botella a los 12 años cuando conocimos a los Cornwell y Annie acababa de llegar al San Pablo, Patty era mi única amiga, pero esa vez no cuenta porque nos besuqueamos todos, sólo faltó que Terry se besara con los Cornwell, y yo con mis amigas, tampoco era mi primer beso de amor, estaban los del estúpido de James que no eran muy agradables, ahora que hago la comparación obvia, y mi primer novio que fue Anthony Brown antes de que se fuera a vivir a Escocia, pero eran besitos muy castos, casi nunca nos metíamos lengua, jijijijiji…
Pero, este primer beso de amor con Terry era, Cristo Santo, espectacular…empezó con mi impulso de besarlo, mis labios llegaron a él, primero se acariciaron nuestras bocas, luego su lengua tibia encontró el camino hacia adentro sin ninguna resistencia, dando de tanto en tanto pequeños mordiscos a mis labios, nuestras lenguas jugueteaban sin vergüenza alguna, yo me aferraba con mis manos a su cuello, acariciaba su cabello, tuve que separarme lentamente de él porque necesitaba ver su rostro, abrí mis ojos y él seguía con los ojos cerrados esbozando una hermosa sonrisa.
—Entonces Pecas, solo por confirmar ¿Eso fue un sí?
—Eso, definitivamente fue un sí— Volví a besarlo, siempre imaginé que era un excelente besador, pero mi imaginación no fue nada comparado con la realidad.
Terry Grandchester debía ser el ganador absoluto del Premio Nobel por el mejor beso nunca antes jamás dado.
Nos quedamos un rato más ahí, sentados en esa banca, Terry me tenía abrazada, veíamos como pasaba la gente y simplemente no podíamos dejar de besarnos.
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Swinging London
FanfictionNo hay disfraz que pueda largo tiempo ocultar el amor donde lo hay, ni fingirlo donde no lo hay FRANÇOIS DE LA ROCHEFOUCAULD Candy y Terry son los típicos adolescentes rebeldes. Él es el hijo ilegítimo de un noble inglés con una actriz americana...