N.A: nuevo capítulo, los leo en comentarios. Saludos!
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- Tenía pensado hacer eso – asintió besando la mejilla de la pelirroja – nos vemos en una hora, Romanoff – cerró la puerta de la habitación apoyándose en la puerta - ¿y yo cómo voy a dormir esta noche?
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Se sorprendió al sentir algo frío en la punta de sus dedos, al bajar la mirada noto el dispositivo que iluminaba su pecho, desde siempre había sido una especie de acción inconsciente llevar sus manos a su corazón para asegurarse de que seguía latiendo cuando tenía alguna emoción fuerte. Saber que por primera vez en días estaba sola, que tenía permiso de ducharse sin ayuda, sin el monitor infernal haciendo ruidos constantes, no pudo evitar perderse en el silencio.
Decidió que lo mejor que podía hacer era darse una ducha, para despejar su mente en el gran tren de pensamientos que tenía en ese instante, si bien no podía estar debajo del agua como acostumbraba, si se sintió mucho mejor incluso pudo verse reflejada en el espejo del baño como el artefacto brillaba en su pecho adornando las cicatrices que ya estaban desde antes.
En 29 años jamás había sentido que sus cicatrices fueran tan bonitas como ahora, parecían pequeños rayos alrededor de la luz que brillaba, porque eso significaba que finalmente se había curado, que podría cumplir su promesa, que tendría más días de los que pensaba que tendría hasta ahora, ya no tendría que ser una preocupación si se despertaría al día siguiente pues ahora tenía la certeza de que así sería.
Limpio una lágrima de emoción que se deslizo por su mejilla antes de salir hacia a la habitación, soltando todo el aire que parecía contener desde siempre, pensando en el abanico de posibilidades de cosas que podía hacer ahora sin miedo a que le diera un infarto, se acomodó mejor la bata sonrojándose por el hecho de que no tenía más ropa pues con la que había llegado tuvieron que cortarla para la operación.
Salió de sus pensamientos al sentir un golpe en la puerta, caminando para abrir un poco notando a la pelirroja quién también parecía recién salida de la ducha tendiéndole un pequeño bolso, ante su mirada confusa le respondió que hacía unos días le había pedido a Tony que enviara ropa limpia para ambas, así podría sentirse más cómoda al tener que regresar.
- Gracias, Romanoff – asintió tomando el bolso de sus manos - ¿todo en orden?
- Sí, me preguntaba si te gustaría caminar un poco antes de cenar – parecía nerviosa
- Claro, deja que me vista y estoy lista – cuando asintió cerro la puerta intentando contener la sonrisa de emoción – basta Megara
Si tan solo se hubiera dado cuenta de que Natasha había repetido lo mismo fuera se hubiera reído, salió minutos después luciendo un cargo negro, zapatillas y una bonita camiseta manga larga gris algo al cuerpo; la pelirroja tuvo que parpadear varias veces pues notaba cierto brillo diferente en la castaña, desde luego que no pasó desapercibido para ella la inmensa sonrisa que adornaba su rostro.
Así que, tomando su mano, algo que se había vuelto una pequeña costumbre esa semana, recorrieron otra ala del palacio, ninguna sentía la necesidad de hablar sobre algo, sino más bien disfrutar la paz que había en el lugar, con la compañía de la otra pues sabían que al regresar al complejo todo eso se acabaría. En cuanto Natasha vio que Meg podía estar cansada sugirió regresar al comedor para cenar, ocuparon la misma mesa con las vistas a todo Wakanda sin percatarse de que todos las miraban con una tierna sonrisa, después de todo no todos los días veían a la gran viuda negra sosteniendo dos bandejas con la excusa de que la castaña no podía hacer esfuerzo.
