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Pasado el susto, Tatsuya fue revisado y sus heridas tratadas para luego ir junto a los otros dos a las clases con Gong.

—Gracias por traerlo –agradeció Yuzu al chico.

—No es nada –responde Zarc teniendo la impresión de haber visto antes aquel rostro —bueno... –señala la puerta.

—No gustas... Es decir... Que malos modales. Soy Yuzu Hiragi –extiende la mano la cual es apresada por la ajena en un suave apretón.

—Un gusto Yuzu... 

—¡Yuzu! –hablo un chico detrás de Zarc a la chica, mirando ambos al de cabellos negros —no espero menos de ti atrayendo duelistas, buen uso de tu atractivo –Yusho sonrió hasta que un fuerte golpe le hizo caer al suelo por la fuerza y quejarse del dolor.

¿Yuzu? ¿Yuzu Hirahi le suena ese nombre —no le prestes atención. Es un tonto –habla Yuzu tomándole de la muñeca y llevarlo dentro del lugar dejando a Yusho en la entrada al lugar —no me haz dicho tu nombre.

Se quedo mirando también al otro chico quien se levantaba con un falso pesar —ah... Soy Zarc... 



—¡Me faltaba poco! –se quejo Sora al ser vencido de nuevo por Yuya, quien ya parecía estar de mejor humor y haber atraído la atención de la gente, un recurso para llevar estudiantes a la academia.

Yuya le extendió la mano ayudándolo a levantarse —ni que lo digas, en verdad pensé que perdería.

—Mentiroso –saca de la envoltura la paleta y lleva a la boca —tu nunca pierdes.

—Ganar no siempre es bueno.

—Lo dice quien siempre esta ganando.

Yuya rio. Los duelos son muy divertidos, aunque siente tristeza al mismo tiempo.



Miraba la ciudad desde su habitación, aquella con una hermosa vista, pero le gustaba más ver el extenso cielo, aquel que de no ser por la contaminación lumínica seguro se vería mucho mejor. La cena transcurrió como siempre, Yuzu se olvido por completo de lo sucedido en la mañana y solo regaño a su padre por no haber pagado el recibo del agua, el cual tendría que pagar mañana sí o sí.

—Es como si... Estuviera lejos de casa... Pero... ¿Dónde? –musita al aire. Se acomoda mejor en el marco de la ventana.

Un piquete en la cabeza le causo ni pizca de reacción a diferencia del siguiente que fue como si le atravesarán la cabeza y cerebro con una aguja gruesa y le inyectarán aceite hirviendo por lo cual jadeo con fuerza y se alejo como pudo de la ventana y caer al suelo envolviéndose en sus propios brazos y pegar las piernas al pecho.

//Eres mío... No podrás escapar... No importa lo que hagan... //escucho es voz imponente que le causo miedo y una tortura a su cabeza //Yuya Sakaki... Zarc... Solo es cuestión de tiempo... Con tener el poder de uno... Uno de ustedes podré regresar... Y el caos reinará //

Lo veía, como si estuviera en medio de todo aquellos, como la gente corre despavorida, con miedo y terror sin un lugar seguro donde refugiarse, huyendo sin saber a donde ir, refugiándose solo por un escaso momento.

El respirar se le dificulta, el dolor de cabeza paso a segundo plano cuando su pecho empezó a arder como si del sol se tratará, gimiendo del dolor, sin poder hacer nada más que ver y soportar ese infernal dolor.

//¡No sucumbirá ante ti! //de nuevo esa voz femenina, y como si de un ungüento se tratará, todo dolor se calmo en una refrescante brisa, alejándolo de aquel escenario y ver luz, una luz tranquilizadora y pura.


Yuma se quedo dormido con medio cuerpo en el suelo y otra parte sobre la cama dejando pasar aquel crudo pensamiento y llevarlo a un sueño profundo en donde su madre le abraza de manera protectora.


10/05/2024

KyōdaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora