𝑫𝒚𝒊𝒏𝒈 𝒇𝒐𝒓 𝒚𝒐𝒖 - 𝐓𝐡𝐞 𝐖𝐚𝐥𝐤𝐢𝐧𝐠 𝐃𝐞𝐚𝐝

Secrets

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• Si quiero volver a verlos debo
sobrevivir •

La sangre escurría entre mis dedos y los nudillos ya ni siquiera los sentía. Lo había golpeado tantas veces que creía que podría tener los huesos rotos. Las gotas de sudor caían por mi frente y el calor que emanaba mi cuerpo era inimaginable. Mi ropa estaba con salpicaduras de sangre, las cuales recibía cada vez que golpeaba el saco de boxeo.

Me dirijo hacia la mesa y agarro una venda, comienzo a envolver mis nudillos sin si quiera limpiarlos. El ruido de la puerta abriéndose inunda mis oidos.
Unos pasos hacen eco en el lugar.

— ¿Otra vez tienes los nudillos rotos? — Pregunta la voz de aquel hombre que me ha acompañado todos estos meses. No respondo a su pregunta, por lo que bufa mientras se acerca más a mi. — Debes dejar de hacer eso — Dice arrebatandome la venda para vender mis nudillos el mismo.

— Es lo único que me mantiene cuerda en este lugar — Le digo y él niega.

— No, ¿Crees que esto te hace bien? — Pregunta el.

— No te entrometas Ethan — Le digo y él niega enfadado.

— No puedes seguir de esta forma toda la vida —Dice mirándome.

— No te entrometas — Le repito, mientras termino de vendar la otra mano.

— Layla dice que Hope está enferma y es por eso que no quiere comer — Cambia de tema rápidamente.

— ¿Hay algo que se pueda hacer? — Le pregunto buscando una botella de agua.

— Dice que solo es un simple resfriado que contrajo por el cambio de temperatura — Dice observando cada uno de mis movimientos.

— De acuerdo — Esas fueron mis últimas dos palabras antes de salir del lugar y dirigirme hacia mi apartamento.

Ocho meses es mucho tiempo en el que suceden muchas cosas.
Llevo ocho meses en Woodbury y ha sido una completa basura. El maravilloso pueblo que creí que era se convirtió en algo completamente insano. Pese a su aparente perfección, el pueblo escondía en su interior macabros secretos que eran ignorados por la mayoría de los habitantes, y que se debían a las acciones de nuestro retorcido líder: el Gobernador

Descubrí que nada era color de rosa aquí cuando fui brutalmente violada por Brian, el chico rubio.

Después de decírselo a Philip, éste último lo asesinó cruelmente. Tiene una mente retorcida y cree que todo se soluciona con la muerte.

Siguiendo con mi relato; Se lo conté a Layla, quien es mi mejor amiga y la hermana menor de Ethan. Ellos me han ayudado a superarlo, ya que desde aquello no he vuelto a ser la misma.

Por otro lado, he estado entrenando bastante para ser un miembro importante de las fuerzas armadas, cosa que he conseguido, ya que actualmente soy una de las mejores de todo Woodbury.

Todas las cosas han cambiado, me he enterado de que Philip tiene mordedores atrapados en jaulas, los cuales libera en un evento en "la arena", donde hace que personas se enfrenten entre si mientras son acechadas por los mordedores. Lo sé, es algo retorcido y loco.

También he conocido a Merle Dixon. Cómo sospechaba, Merle es hermano de Daryl. Son polos opuestos. Merle es un tipo asqueroso e indecente, mientras que Daryl era totalmente lo contrario. Aun así, me llevo muy bien con Merle y tenemos una relación de amistad muy agradable. 

— Buenas noches señorita Román — Dice Vannesa cuando ingreso al edificio. Ella está encargada de la vigilancia del edificio elegante en el cual ahora vivo con Hope, la bebé.

— Buenas noches — Le digo y ella sonríe dulcemente.

Llego a mi habitación y dejo mis cosas sobre la mesa.

— Llegaste — Dice Layla, quien está sentada en el sillón jugando con Hope.

— Hola — Le digo con mala cara. Ella me observa con ojos tristes. Desde lo que ocurrió con Brian, mis días son monotonos y nada es igual.

— Mira quien ha llegado Hope, es mamá — Le dice Layla a la pequeña.

— ¡Mi pequeña Hope! — Digo sujetándola en brazos. Ella esboza una sonrisa que me alegra el día.

— Te extrañó — Dice Layla, yo le sonrio.

— Ethan está en el taller para que vayas con el — Le digo y ella asiente.

— ¿Ya quieres que me vaya? — Bromea, yo niego riendo.

— Es tarde, Layla — Explico y ella asiente.

— Nos vemos mañana, adiós Hope — Dice y la bebé mueve su delicada mano.

Layla desaparece por la puerta y yo me quedo a solas con Hope.

Hope ha crecido mucho, aún recuerdo cuando tenía días de nacida y lloraba siempre que podía. Ahora tiene ocho meses y su cabello pelirrojo se ha vuelto más notorio. Sus ojos azules hipnotizan a cualquiera.

Dejo a la pequeña en su cuna jugando con los juguetes que consiguió Ethan en una expedición por provisiones.

Me acerco a la mesa del comedor y agarro un frasco de pastillas para dormir. Saco una de las pastillas del interior del frasco y sin dudarlo ni un segundo más, trago la pastilla con ayuda de un vaso de agua.

Preparo el biberón de la pequeña con agua hervida y fórmula. Me acerco a Hope y le doy el biberón, ella lo toma con rapidez y luego extiende sus pequeños brazos hacia mi.

La cargo y tarareo una canción de cuna, con la cual rapidamente cae en brazos de Morfeo.

La dejo en la cuna y me dirijo hacia mi habitación, pensando en que lo único que quiero es irme de este pueblo.

Lo he pensado mucho y Woodbury no es mi sitio ni el de Hope. Incluso podría irme con Ethan, Layla y Merle. Pero debo irme de aquí, este lugar está repleto de secretos macabros y sé que pronto todo esto caerá y ya no sera un lugar seguro para Hope. Solo quiero proteger a mi hija y se que afuera sobrevivirá más tiempo que aquí adentro.
El unico lugar donde Hope estaría segura es con aquel grupo que me abrió sus puertas hace meses. Con Rick y con Daryl.

De algo estoy segura y es que si quiero volver a verlos debo sobrevivir