Interrogation

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No importa lo que diga, de todas formas no me creerían •

Abrí los ojos cuando escuché el sonido de las puertas cerrarse. Alcé mi rostro y pude reconocer a Daryl. Se acercó a mi y agarro una silla que se encontraba por ahí, sentándose en frente mío.

Nos mirábamos fijamente, sin pronunciar ni una sola palabra. Estuvimos un par de minutos así, hasta que el rompió el silencio.

— Hablame de tu grupo — Dijo con una voz grave. Se notaba a leguas que intentaba asustarme, pero no lo lograría fácilmente.

Bufé y mire mis pies, sin responderle.

— Dije que me hablaras de tu grupo — Dijo más fuerte. Suspiré y medite mis opciones, las cuales eran escasas.

Era estúpido pelear con el hombre que tenía en frente, pues el estaba completamente dispuesto a matarme sin dudarlo.

— Llevaba un par de semanas con ellos — Comencé, el me miró atentamente — Byron, el líder, me rescato de un grupo de hombres que intentaron violarme en medio del bosque. Decidí quedarme con ellos, sin saber que serían iguales a aquellos hombres que intentaron sobrepasarse conmigo —

— ¿Cuántos eran? — Pregunta.

Yo niego con la cabeza, sin querer darle ningún tipo de información que pueda poner en peligro a las mujeres y niños que habían en aquel grupo.

Desesperado, desenfunda su cuchillo y lo pone sobre mi cuello haciendo una leve presión.

— No hay porque ponernos violentos... — Digo con una sonrisa nerviosa.

— ¡¿Cuántos eran?! — Grita, sobresaltandome.

— ¡Treinta! ¡Éramos treinta! — Le grito.

— ¿Dónde? — Pregunto. Yo suspiré fuertemente, el hizo más presión sobre mi cuello.

— ¿Porqué quieres saberlo? — Le pregunto y el suspira.

De pronto, su puño impacto contra mi boca, girandome la cabeza apenas. Sentí el sabor metálico de la sangre y supe que había logrado cortar mi labio.

— ¿Dónde? — Repitió impaciente y dispuesto a golpearme nuevamente.

— Junto a la carretera, a las afueras de aquel pueblo — Le confieso, el asiente satisfecho.

— ¿Qué hacían ahí? — Preguntó con un tono de voz mucho más amable que antes.

— Buscábamos provisiones y un poco de alcohol — Respondí cerrando los ojos y apoyando mi cabeza en la pared de madera. — Hay mujeres y niños, son los únicos que me preocupan. El resto son solo imbeciles —

El pareció estar satisfecho con mis respuestas y quitó el cuchillo de mi cuello.

— ¿Podrías... Podrías darme algo de agua? — Pregunté inocentemente.

La verdad es que moría de sed y mi estómago rugía como un león. Esperaba algo de compasión de su parte, pero este hombre aparentaba ser todo menos compasivo o amable y lo comprobé cuando rió como si hubiese contado un chiste.

— ¿Quieres que te traiga almohadas? ¿Un televisor?

— Solo esperaba que tuvieras corazón — Le digo con rabia.

𝑫𝒚𝒊𝒏𝒈 𝒇𝒐𝒓 𝒚𝒐𝒖 - 𝐓𝐡𝐞 𝐖𝐚𝐥𝐤𝐢𝐧𝐠 𝐃𝐞𝐚𝐝 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora