Michonne & Andrea

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• Solo quieres ser una mantenida •

Desde que la rubia y la samurai están en la comunidad, el gobernador ha estado más intranquilo. Las cosas se han alterado y la tranquilidad es escasa. Recupere a Hope de los brazos del gobernador y ahora no me he separado ni un momento de ella.

— No entiendo porque quieres irte de aquí — Le dice Andrea a Michonne.

— Porque no confío en ese tipo —  Dice Michonne.

— Aquí lo tenemos todo — Menciona Andrea.

— No lo necesitamos, estábamos bien el bosque — Dice Michonne.

Tan solo escucho su discusión. Andrea quiere quedarse, pero Michonne no. Debo admitir que le encuentro más razón a Michonne, ya que yo ya conozco como es vivir aqui y luego de aún tiempo se hace muy desagradable.

— Adriana lo entiende — Se queja Andrea, buscando mi mirada de apoyo.

— Cuando llegué aquí creí que era el lugar perfecto, pues no sabía todos los secretos que escondía el Gobernador — Respondo y Michonne mira a Andrea con burla. — Ahora daría lo que fuera por irme de aquí —

— Ustedes no saben sobrevivir — Dice Andrea, yo río.

— Y tu solo quieres ser una mantenida — Le dice Michonne.

— Ustedes no entienden absolutamente nada — Dice la rubia.

Michonne y yo salimos de la habitación en el que la rubia y la samurai se están hospedando.

Dejamos sola a Andrea y Michonne me dedica una mirada triste.

— Ha tenido un invierno difícil, solo quiere estar en un lugar tranquilo — Me dice y yo asiento.

— Debemos salir de aquí — Le digo y ella suspira.

— Hoy mismo — Concuerda.

— No será facil con el gobernador — Le digo — Tiene puesto sus ojos encima de nosotras —

— Lo mataremos — Dice. Yo asiento.

(...)

Aquí empieza el plan. Michonne y yo iremos a la casa del gobernador por la madrugada. Michonne se quedará vigilando la entrada y yo entrare a matarlo.
Me llevaré a Hope y escaparemos con Andrea y Michonne.

Es un plan perfecto, no puede fallar.

Estamos afuera de la casa del gobernador, la puerta está entreabierta. Ingresamos y vamos hacia la primera sala que vemos. Ahí está la katana de Michonne y se la doy, ella se ve feliz de tener su preciada arma en sus manos de nuevo. Yo agarro unos cuchillos y un arma que encuentro por ahí.

Michonne va a vigilar la entrada y yo observo cada detalle de la casa. Es acogedora, pero al saber que es de Philip ya no lo es tanto.

Ahí lo veo, durmiendo en su cama tan pacífico. La rabia se apodera de mi y me acerco lentamente con mi arma en alto.
Amago con disparar, pero una mano agarra mi brazo.

Philip.

El arroja el arma lejos y me da un golpe en la mejilla. 
Rompo un vaso de vidrio y agarro uno de los pedazos y se lo entierro en el ojo.

El grito del gobernador alerta a Michonne, quien viene corriendo a ayudarme. Me lo saca de encima y salimos corriendo, pero algunos de los hombres del gobernador nos esperan en la puerta. Sin opción, Michonne baja la katana y yo mi arma. El gobernador ríe a mis espaldas mientras con sus manos tapa su herida en el ojo, de la cual está brotando mucha sangre.

Los hombres del gobernador nos agarran de los brazos, llevándonos a un lugar completamente desconocido para nosotras; la arena. Intento deshacerme de los agarres, pero son muy fuertes. Nos harán pelear entre nosotras a muerte.

Los hombres abren la puerta de una jaula y nos dejan allí, sin vigilancia.

— ¿Que haremos ahora? — Le pregunto a la samurai, ella se ve pensativa, por lo que no obtengo respuesta de su parte. — No podemos quedarnos aquí —

— Ya lo sé — Dice con fastidio.

— ¡Auxilio! — Grito y Michonne me calla.

— ¿Puedes calmarte de una vez? — Me pide con brusquedad. Suspiro.

— Mi hija está con un psicópata — Le digo y ella asiente con la cabeza. 

(...)

Tal como pensaba, nos estaban haciendo pelear entre nosotras. Las dos estábamos frente a frente en la arena, mientras las personas suplicaban que comenzara la pelea.

Andrea, quien se encontraba entre el público, le rogaba a Philip que detuviera el evento. El gobernador se negaba a la petición de Andrea.

— Quien viva, será libre — Dicta Philip.

Dicho esto, da por iniciada la batalla.
Michonne se niega a lastimarme, yo me niego a golpearla.

Gruñidos detrás de nosotras se hacen presente. Al darnos la vuelta, vemos como traen amarrados a algunos caminantes.
Busco la mirada de Michonne y cuando la encuentro no puedo ver ninguna emoción. Su mirada es dura y persistente.

Sin opción, comenzamos a darle una buena paliza a todos los caminantes. El público comenzaba a abuchear, ya que no era el espectáculo que ellos querían observar. El gobernador, al darse cuenta de esto, nos observo con su único ojo hostilmente.

Michonne y yo nos quedamos paradas sin hacer ningún movimiento, pues no pensábamos acabar con la vida de alguna de las dos.

Los hombres del gobernador nuevamente nos agarraron y nos sacaron de la arena. Nos ordenaron regresar al dormitorio de Michonne y Andrea. Nos habíamos involucrado en un gran problema y hora el pueblo nos consideraba una amenaza. A mi me consideraban una traidora y tenía sentido porque intenté matar a Philip, pero los pueblerinos no pueden ver que su gobernador está loco. Ahora no sé cómo saldré de este gran problema, quizá el gobernador quiera matarme y ese sea mi castigo.

Tendré que asumirlo.

𝑫𝒚𝒊𝒏𝒈 𝒇𝒐𝒓 𝒚𝒐𝒖 - 𝐓𝐡𝐞 𝐖𝐚𝐥𝐤𝐢𝐧𝐠 𝐃𝐞𝐚𝐝 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora