𝑫𝒚𝒊𝒏𝒈 𝒇𝒐𝒓 𝒚𝒐𝒖 - 𝐓𝐡𝐞 𝐖𝐚𝐥𝐤𝐢𝐧𝐠 𝐃𝐞𝐚𝐝

Dream II

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• No soy tan buena como crees •

Terminando de almorzar unos exquisitos espaguetis preparados por Carol, fui a dar unas vueltas por la granja. Estaba nerviosa e indecisa.

Si no me entrego, estaría firmando el acta de defunción de esta granja y de las personas que habitan en ella, como dijo Maggie.
Si me entrego, estaría firmando mi propia acata de defunción.
Saldré perdiendo de todas formas.

No puedo ser una egoísta. Podría salvarme el trasero, pero he intentado ser buena persona estas últimas semanas y lo he conseguido.
No puedo arruinar todo lo que esta gente ha luchado solo por un buen plato de comida.

Tu también haz luchado mucho, Adriana.
Cállate.

— No estarás pensando en entregarte, ¿verdad? — Pregunta una voz a mi lado. Giro mi cabeza para ver de quién se trata, Carol.

No digo ni una sola palabra, tampoco es necesario para que Carol comprenda la respuesta.

— Lo haré, Carol — Le digo y ella me mira con desaprobación.

— Sinceramente no me importas, no te tengo cariño y siento que no vales la pena como persona — Dice ella. Outch. Eso dolió. — Pero aún tengo humanidad y estoy segura que tú también la tienes. — Finaliza.

— No soy tan buena como crees, tienes razón, no valgo la pena y es por eso que pienso en entregarme — Le digo y ella suspira.

— Creo que no estás entendiendo mi punto — Dice con un cansancio notorio. — No tienes que entregarte, debes hacerte valer, no debes rendirte fácil.

— ¿Cómo pretendes que no me rinda fácil? Un psicópata me quiere en sus manos y si no me tiene a mi, todos sufrirán por mi culpa  — Le digo un poco desesperada.

— Hay otras opciones, ¿Dónde está la Adriana que le escupió en el rostro a Daryl y a Shane? — Me pregunta causando una pequeña risa de mi parte.

— No lo sé, Carol. No sé dónde se encuentra aquella Adriana — Le respondo y ella asiente.

— Deberías empezar por ahí — Dice sonriendo.

— Gracias por el desayuno y el almuerzo — Le agradezco, ella asiente.

— Se me da bien cocinar — Dice poniendo una mano sobre mi hombro.

— Así es — respondo.

Veo como se aleja caminando hacia el camper de Dale, dejándome pensativa con sus palabras.
A lo lejos observo a Glenn y recuerdo lo que ocurrió con el en la madrugada.
Tal vez debería ir a disculparme.

— Hey, chino — Le digo acercándome, el me fulmina con la mirada.

— Soy coreano y mi nombre es Glenn — Me corrige y yo le sonrio.

— Me da igual, ¿Quieres hablar? — Le pregunto y el me mira con curiosidad.

— Esta bien  — Acepta algo... ¿Nervioso? Yo me siento a su lado.

— Quería pedirte disculpas por lo que ocurrió en la madrugada — Le digo y el rasca su cabeza.

— No hay problema — Dice sonriendo incómodamente. ¿Que le sucede? — ¿Te puedo pedir un favor muy grande? —

— Claro — Le respondo con una sonrisa.

— Guarda el secreto de lo mío con Maggie, no le digas a nadie — Dice tomandome por sorpresa. — Hazlo y voy a perdonarte —