—¿Por qué? —Se preguntaba Azul mirando al piso. Su dispositivo de transformación cayó al suelo y ella se destransformó mientras su rival se alejaba sin mirar atrás. Magia Braiser la había derrotado, y ella había sucumbido a la oscuridad. Sin embargo, recibió un sermón sobre lo que no debía hacer una chica mágica. El raro sentimiento que había en su corazón se transformó poco a poco en uno diferente.
Azul llegó a su casa nuevamente entrando por la ventana. Se sentó en su cama aún reflexiva, estaba aún más confundida que antes de su pelea con Magia Baiser. ¿Qué fue aquello que había sentido en sus palabras? Claro que fue desprecio, pero… ¿Por qué? ¿Era acaso otra artimaña para jugar con su mente? No pudo dormir esa noche.
A la mañana siguiente, Sayo caminaba rumbo a la escuela. Era una de las últimas semanas antes del verano. Usualmente iría junto a Haruka y Kaoruko, pero no se sentía de humor ese día. A lo lejos, vio a una joven de pelo morado caminando pesadamente. En su mochila relucía un pequeño llavero con forma de corazón, un elemento característico de las chicas mágicas. Claramente era Hiiragi Utena, una fan que tal vez podría entender la situación.
Utena no había podido dormir bien esa noche. La pelea con Magia Azul la dejó mentalmente agotada, y pensar que podía haberle hecho un daño irreversible a Azul no ayudaba para nada. —Hiiragi-san, Buenos días. —Una voz interrumpió sus pensamientos. —¿Eh? Ah, Sayo-san, buenos días, sabes que puedes llamarme Utena. —Dijo amablemente.
Sonriendo gentilmente, Sayo respondió. —Claro, discúlpame Utena-san, es que noté tu llavero, es de tres-magia ¿cierto?
Utena asintió con una sonrisa suave. —Sí, lo es. ¿Eres fan de ellas también?
Sayo asintió tímidamente. —Sí, lo soy. ¿Podemos caminar juntas? Hay algo que quiero contarte.
Utena se sorprendió un poco, no sabía que Sayo era fan de las chicas mágicas. No habían hablado mucho antes de eso, generalmente siempre estaba con sus dos amigas, y ella con Kiwi. —Claro, ¿Qué quieres contarme? —Preguntó casi instintivamente.
—Creo que… Ayer por la noche hubo una pelea entre Magia Azul y la villana Baiser en un parque.
Utena palideció notablemente y se frenó en seco.
—¿Estás bien? —Preguntó Sayo un poco nerviosa.
—No puede ser, ella nos vio, esto podría ser malo para mí y para Azul, debo hacer algo, no puedo dejar que le diga a nadie. —Todo pasó muy rápido, en un momento estaban en la calle y en el siguiente solo se podía ver el páramo rocoso sobre el que estaba construida la Base Natch, con esta muy en el fondo. Sayo había sido empujada al piso sobre las rocas. —¿Qué está…? —No alcanzó a terminar su pregunta porque frente a ella estaba Utena. No, Magia Baiser apuntaba hacia ella su vara.
—¿Le has contado a alguien más? —Preguntó Utena con tono desesperado.
—Yo… No, no a nadie. —Sayo estaba en shock, sin quererlo estaba por revelarle su verdadera identidad a Magia Baiser, y sin embargo eso llevó a Baiser a revelar la suya ante Sayo.
Baiser miró a Sayo unos momentos y luego suspiró. —No debes contarle a nadie sobre lo que sea que hayas visto, y tampoco sobre la identidad de Azul o la mía. —Dijo bajando su vara y volteando a ver la Base Natch.
Tras unos segundos de silencio, Utena se destransformó con un suspiro. —Volveremos a la escuela, y fingiremos que nada pasó. Está bien si no quieres saber nada más de… —Por favor, sal conmigo después de la escuela, hay tanto que quiero preguntarte. —Sayo interrumpió a Utena inclinándose ante ella.
Utena estaba sorprendida por la reacción de Sayo, sin embargo pronto recobró la compostura. —Está… Está bien, supongo que te debo eso después de secuestrarte.
Ambas salieron por un portal en un callejón cercano a la escuela y fueron hasta ella en silencio.
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Mahou Shoujo ni akogarete /// My version
Fanfiction-¿Por qué? -se preguntaba Azul mirando al piso, su dispositivo de transformación cayó al piso y ella se destransformo, Magia Braiser la había derrotado, y ella habia sucumbido a la obscuridad, sin embargo ella recibió un sermón sobre lo que no debía...