otra cita

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—Gracias por ayudar a los pequeños golems, señorita, pero no es muy seguro que deambule por aquí sola —dijo Azul, descendiendo del cielo con gracia. Utena, que se había enterado de que las chicas mágicas estaban ayudando a reconstruir la ciudad, había acudido de inmediato. Ese pequeño periodo de paz debido a la tregua la estaba aburriendo sobremanera, y creía que ver a sus queridas chicas mágicas de nuevo le subiría el ánimo.

—¡Haaaaa, eres Magia Azul, es un gran honor conocerte! ¡Soy una gran admiradora! —gritó Utena, sarandeando de arriba a abajo la mano que Azul le ofrecía.

"Diablos, ¿en serio esta chica es en verdad Magia Baiser?" pensó Azul, tratando de no caerse por la efusiva sacudida.

Azul logró recuperar el equilibrio y, forzando una sonrisa, respondió:

—Gracias, pero de verdad, ¿qué te trae por aquí? No parece el mejor lugar para una fan.

Utena soltó su mano y dio un paso atrás, intentando ocultar su entusiasmo.

—Bueno, escuché que estaban ayudando a reconstruir la ciudad y pensé que podría echar una mano... o dos.

Azul la observó con suspicacia, pero decidió aprovechar la oportunidad.

—De acuerdo, pero ten cuidado. Los restos de la batalla pueden ser peligrosos.

Mientras caminaban hacia el área de reconstrucción, Azul no podía dejar de pensar en la dualidad de Utena. ¿Cómo una chica tan aparentemente inocente podía ser la temida Magia Baiser?

Llegaron a una zona donde los pequeños golems trabajaban diligentemente, levantando escombros y reparando edificios. Utena, decidida a demostrar su utilidad, se puso a trabajar de inmediato, siguiendo las indicaciones de los golems y ayudando a mover los materiales más pesados.

Azul la observaba de cerca, buscando cualquier signo de la oscura magia de Baiser. Sin embargo, lo único que veía era una chica comprometida y trabajadora, lo que la dejaba aún más confundida.

Finalmente, Azul decidió enfrentarla directamente.

—Utena, sé quién eres realmente. Eres Magia Baiser, ¿verdad?

Utena se detuvo y giró para mirarla, una sonrisa nerviosa asomándose en sus labios.

—¿Quién te lo contó?

Azul sonrió ligeramente, adoptando un aire de misterio.

—Digamos que tengo mis fuentes.

Utena la miró fijamente por un momento antes de suspirar.

—Está bien, lo admito. Sí, soy Magia Baiser. ¿Y ahora qué?

Azul cruzó los brazos, su expresión seria.

—Quiero saber por qué estás aquí. ¿Qué pretendes?

Utena suspiró y se acercó a Azul, hablando en voz baja para que nadie más las escuchara.

—No estoy aquí para causar problemas. Esta tregua me aburre, pero no quiero romperla. Sólo... necesitaba algo que hacer, y ayudar a reconstruir la ciudad parecía una buena manera de pasar el tiempo.

Azul la miró, buscando algún indicio de mentira en sus palabras. Al no encontrar ninguno, decidió darle el beneficio de la duda, al menos por ahora.

—Está bien, pero te estaré vigilando. No intentes nada raro.

Utena asintió, su sonrisa ampliándose.

—Prometido.

Azul se relajó un poco, pero aún mantuvo su guardia alta.

—Sabes, Utena —comenzó Azul, con un tono pensativo—, tal vez no es muy justo que solo yo conozca tu identidad. ¿Qué te parece si vamos a cenar? Así podemos hablar más tranquilamente.

—Crei que había quedado claro, no podemos salir. —Dijo Utena sin restar atención a su trabajo.

—No conmigo, no con esta versión de mi, con la otra yo y tal vez no de esa forma. —Se excuso Azul. En verdad quería conocer mejor a Utena.

El intento le hizo gracias a Utena, con una pequeña risita dijo. —Claro, estaría bien.

Mahou Shoujo ni akogarete /// My versionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora