Utena estaba hecha un mar de emociones; por cosas del destino, había terminado sentada entre Sayo y Kiwi.
Queen, quien había notado el malestar de Utena, corrió desde los brazos de Korisu a los de su ama. Acariciar a Queen le daba algo de confort a Utena, quien intentaba concentrarse en el suave pelaje del gato y no en la confusión en su mente.
—¿Estás bien, Utena? —preguntó Sayo, notando su expresión. —Pareces un poco distraída.
—Sí, estoy bien. —respondió Utena con una sonrisa débil. —Solo... muchas cosas en mi mente.
Kiwi, sentada a su otro lado, le lanzó una mirada comprensiva, pero no dijo nada, prefiriendo dejar que Utena hablara cuando estuviera lista.
—¡Oye, chicas! —gritó Haruka desde el otro lado de la playa. —¡Vamos a organizar una competencia!
La mención de una competencia hizo que todos levantaran la vista, intrigados.
—¿Qué tipo de competencia? —preguntó Matama, notando el asentimiento de Korisu junto a ella.
—Pensé que podríamos hacer una serie de desafíos. —explicó Haruka, con una sonrisa entusiasta. —Voleibol, carreras en la arena, y hasta una competencia de castillos de arena. ¿Qué dicen?
La idea de una competencia ayudó a despejar un poco la mente de Utena. Aunque todavía se sentía abrumada, la perspectiva de participar en algo divertido y competitivo le dio un respiro.
—¡Me parece genial! —dijo Kiwi, levantándose de un salto. —¿Quién está conmigo?
—¡Yo! —gritó Sayo, alzando la mano.
—¡Yo también! —agregó Kaoruko, levantándose con entusiasmo.
Pronto, todos se dividieron en dos equipos: el equipo 1 formado por Utena, Matama, Haruka y Korisu, y el equipo 2 compuesto por Sayo, Kiwi, Nemo y Kaoruko.
—Vamos a empezar con una carrera en la arena. —anunció Haruka, dibujando una línea en la arena para marcar el punto de partida. —El primer equipo en llegar a la meta gana el primer punto.
Los equipos se alinearon, y la tensión aumentó mientras esperaban la señal para comenzar. Queen, observando desde la arena, maulló suavemente, como si también estuviera animando a su ama.
—¡Listos, preparados, ya! —gritó Haruka, y todos comenzaron a correr.
La arena dificultaba el avance, pero Utena, motivada por el deseo de distraerse, corrió con todas sus fuerzas. A su lado, Matama, Haruka y Korisu la animaban, sus risas mezclándose con el sonido de las olas.
Aunque el equipo 1 dio todo de sí, el equipo 2 llegó primero a la meta, ganando el primer punto.
—¡Buen trabajo, equipo! —dijo Matama, notando el asentimiento de Korisu, y chocando las manos con sus compañeros.
Haruka sonrió, a pesar de la derrota. —No se preocupen, todavía tenemos más desafíos. —dijo.
Pasaron algunos desafíos más, y ambos equipos llegaron a un empate.
—El último es la competencia de castillos de arena. —Grito Haruka
Mientras los equipos se preparaban para el siguiente desafío, Utena sintió que, aunque la confusión en su mente no había desaparecido, la camaradería y la competencia amistosa le daban un respiro muy necesario.
Sayo y Kiwi, por su parte, se miraban con cierta rivalidad. Ambas querían impresionar a Utena, pero ninguna sabía que la otra tenía los mismos sentimientos. Para ellas, la competencia tenía un significado más profundo, una guerra fria por el afecto de Utena.
—¡Vamos a ganar esta vez! —dijo Sayo, lanzando una mirada desafiante a Kiwi.
—No te confíes demasiado. —respondió Kiwi, con una sonrisa segura. —Tengo algunos trucos bajo la manga.
Los dos equipos comenzaron a construir sus castillos de arena con entusiasmo. Mientras trabajaban, las risas y bromas continuaban, creando un ambiente relajado y alegre. Utena, aunque todavía abrumada por sus sentimientos, comenzó a disfrutar del momento, agradecida por la distracción.
Cuando el sol comenzó a descender, marcando el final de la competencia, todos se reunieron para admirar sus creaciones. Los castillos de arena eran impresionantes, cada uno reflejando el esfuerzo y la creatividad de sus constructores.
—Es difícil decidir un ganador. —dijo Haruka, observando ambos castillos. —Ambos equipos hicieron un trabajo increíble.
—Creo que deberíamos llamar a esto un empate. —sugirió Nemo, con el característico asentimiento de Korisu.
Ambos equipos estuvieron de acuerdo, y el día terminó con una sensación de camaradería y satisfacción. Utena, aunque aún lidiaba con sus emociones, se sintió agradecida por sus amigos y por el momento de paz en medio de la tormenta.
Al final del día mientras volvían en tren a la ciudad, Sayo y Utena eran las únicas que aún estaban despiertas.
—Utena, solo por curiosidad... —Empezo Sayo. —¿Ellas son Enormeeta? —Pregunto.
—Por la misma curiosidad. ¿Ellas también son Tres Magia? —El tren atravesó un túnel en ese momento...
ESTÁS LEYENDO
Mahou Shoujo ni akogarete /// My version
Fanfiction-¿Por qué? -se preguntaba Azul mirando al piso, su dispositivo de transformación cayó al piso y ella se destransformo, Magia Braiser la había derrotado, y ella habia sucumbido a la obscuridad, sin embargo ella recibió un sermón sobre lo que no debía...