Saikai

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Era el día del final de la tregua, pero todo parecía extremadamente tranquilo. En la escuela, Sayo, Haruka y Kaoruko estaban notablemente ansiosas. Sabían que habría un ataque de Enormeeta, tenía que haberlo; no se quedarían de brazos cruzados mucho más tiempo, ¿verdad? Utena y Kiwi estaban en sus respectivos asientos, poniendo atención a la clase, sin mostrar indicios de que fuesen a hacer algo.

Sayo era la más inquieta, no dejaba de poner atención a cada movimiento de Utena, como si esperara un ataque repentino en cualquier momento.

—¿Profesora, puedo ir al baño? —preguntó Utena de pronto, y tras recibir la confirmación de la profesora, salió del salón.

Sayo se puso más tensa. "Prepárense chicas," dijo telepáticamente a Kaoruko y Haruka.

Pero nada pasó.

Utena regresó pronto del baño y se sentó en su respectivo lugar como si nada. "¿Está todo bien? ¿Sayo?" preguntó Haruka.

"Tenía un mal presentimiento," respondió Sayo.

"Tus presentimientos me estresan, Sayo," dijo Kaoruko, intentando mantener la calma.

De pronto, las tres sintieron una fluctuación mágica en algún lado de la ciudad. Fue extremadamente fugaz, en cosa de un segundo apareció y se esfumó nuevamente.

"¿Qué fue eso?" preguntó Kaoruko, visiblemente preocupada.

"Tal vez fue solo una distracción," respondió Haruka, tratando de pensar con claridad.

Sayo, sin embargo, estaba más alerta que nunca. "No lo sé, pero tenemos que estar preparadas para cualquier cosa."

Mientras tanto, en la parte trasera del salón, Kiwi se inclinó hacia Utena y susurró —¿El plan está en marcha?

Utena sonrió levemente, sin apartar la vista del frente. —Sí, y está funcionando perfectamente.

La clase continuó sin más incidentes, pero la tensión en el aire era palpable. Cada minuto que pasaba se sentía como una eternidad para Sayo, Haruka y Kaoruko. No sabían cuándo ni cómo llegaría el ataque, pero estaban seguras de que llegaría.

Durante el recreo, Utena y Kiwi se encontraron en el patio trasero de la escuela, lejos de miradas curiosas. Utena sacó un pequeño dispositivo de su bolsillo, era un pequeño proyector que había transformado en un monstruo el dia anterior, y lo activó. Una serie de ilusiones mágicas se desplegaron alrededor de la escuela, visibles solo para las chicas mágicas.

—Esto debería mantenerlas alerta,— dijo Utena con una sonrisa maliciosa. —Cada vez que sientan una fluctuación mágica, será una falsa alarma. Las mantendremos al borde del colapso nervioso.

Kiwi asintió, divertida. —¿Y cuál es el siguiente paso?

Utena miró hacia el edificio de la escuela, donde sus oponentes se encontraban en ese momento. —Las llevaremos al límite, Kiwi. El verdadero ataque vendrá cuando estén agotadas mentalmente. No sabrán distinguir la realidad de las ilusiones.

Mientras tanto, Sayo, Haruka y Kaoruko se reunieron en la azotea durante el recreo. —¿Sintieron eso otra vez?— preguntó Sayo.

—Sí, pero no hay nada ahí,— respondió Haruka, frustrada. —Esto es una locura.

De pronto Sayo noto algo en el techo del edificio frente a la escuela. —Chicas, ¿esa de allí es?... —Esa loca va a tacar ahora. —La interrumpió Kaoruko empezando a correr al tejado donde se iba a transformar.

Al llegar arriba, ya no estaba allí la figura. Haruka y Sayo llegaron detrás de ella. —¿Donde está? —Pregunto Sayo.

—Aqui. —Dijo una voz y todas voltearon a ver arriba de la puerta que daba al tejado. Allí estaba Magia Baiser.

—¡Trans Magia! —Gritaron las tres al unísono. Pero en ese momento Baiser desapareció.

Ese tipo de encuentros se repitieron varias veces durante el día, a veces aparecían sombras, a veces todo Enormeeta parecía simplemente entrar por la ventana, las estaban volviendo locas, y como todo parecía tan real, no estaban seguras de en que momento lo sería realmente.

En un momento un gran portal como el de la crisis de hace una semana pareció abrirse en el cielo de la ciudad.

—¿Utena? —Pregunto Kiwi en un susurro.

—Eso no es nuestro. —Dijo Utena cuando sonó la alarma de que todos debian resguardarse en el gimnasio, Utena y Kiwi corrieron rápidamente atrás de la escuela para transformarse, y usaron un portal para ir donde estaban Leaberblume, Neoalice y Loco Musica. Tres magia hicieron lo mismo con la azotea de la escuela, pero comenzaron a volar hacia la ciudad.

Nisiquiera alcanzaron a saludar a sus compañeras cuando algo empezó a salir del portal, primero una mandíbula con una gran boca, pronto la cabeza de un gran dragón, y forzando al portal a abrirse aun mas el resto de su cuerpo.

—Enormeeta, ¿Que diablos están tramando? —Pregunto Sulfur llegando donde estaban.

—Eso no es nuestro. —Dijo Baiser volteando a ver nuevamente al dragón.

—¿Entonces de quién es? —Pregunto Azul.

—Mio. —Dijo una voz aguda. Todos vieron como en la cabeza del dragón se sentaban tres figuras, una pequeña voladora, y dos un poco más grandes, además el dragon poseia un collar, de la cual colgaba a modo de cascabel una pequeña jaula.

—¡Queen! —Grito Baiser al ver lo que contenía la jaula. —¿Que significa esto venalita?

—Oh, es solo la culminación de mi plan. —Respondio Venalita de forma sensilla. —¿Ya les presente a mis nuevas compañeras? Ellas son Bersarga y Pantano Pesca. —Agrego.

—Tres magia, lamento lo de hace rato, no tenía planeado esto, pero por favor ayúdenme a darle una lección a mi mascota. —Dijo Baiser volteando a verlas de reojo, su mirada reflejaba toda la seriedad de una villana, y atemorizó un poco a las chicas.

Finalmente Magenta asintió por las tres.

—Creo que es momento de usar "Eso" ¿No? —Pregunto Leopard.

Baiser simplemente asintió...

Mahou Shoujo ni akogarete /// My versionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora