Capitulo 15

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               ¿Qué clase de situación era esa? ¿Es algo normal que algo así ocurra entre los compañeros de trabajo? Cuando le dijeron sobre eso ella pensó en algo muy diferente, o al menos en algo mucho menos tranquilo. Después de todo lo que había sucedido en aquel club nocturno distanciaba mucho de lo que sucedía ahora en la sala de aquella casa. ¿Aún eran las mismas personas? Por lo menos la señora Leonore si, pero el resto no lo parecían. De estar bailando mientras restregaban sus cuerpos entre sí, pasaron a cantar como locas en el auto y ahora estaban todas tranquilas, era tan sui géneris.

No es que le molestara, al contrario, le gustaba mucho ese ambiente, era mucho más cercano a lo que ella esperaba de una reunión, algo tranquilo en donde todas simplemente hablaran de cosas sin importancia o incluso personales, pero que no lleven a un ambiente ruidoso y movido. Y pese a que la mayoría de lo que se estaba hablando eran cosas de las que Lily no tenía mucho que aportar, se entretenía escuchando. Especialmente cundo la conversación terminó de manera inevitable en un tema que para Lily era tan interesante y también tan ajeno.

—No puedo creerlo— Paris, con cierta curiosidad, negaba lo que su compañera compartía con ellas en ese momento.

—Se los juro— convencida, Emma defendía sus palabras—, Julio tiene una ojiva nuclear entre las piernas. Esa cosa era enorme, la más grande que haya visto en persona. Fue una lástima que fuera tan malo en la cama.

—¿De dónde es Julio?

—¿No es mexicano?

—Es de Ecuador— respondió con calma la jefa de todas las presentes—, Jaime, Luis y Rosa son los mexicanos, y Jorge es venezolano.

—Da igual de donde sea— afirmó Emma—, de nada le sirve tener ese calibre entre las piernas si no sabe cómo aprovecharlo. En el trabajo sin duda los mejores en la cama son Luis, Paul y Lincoln.

Lily sintió como se quedaba sin aire de un segundo a otro, y la sorpresa que tuvo no pasó desapercibida, causando risillas tanto en Emma como en Nancy.

—¿Luis es bueno en la cama?— con sorpresa, Anna preguntó a la chica castaña— supongo que es verdad cuando dicen que "Caras vemos, más abajo no sabemos".

Todas rieron al escuchar aquello, y Lily, pese a mostrarse aun cohibida, no pudo evitar reír también con aquel comentario. Estaba muy sorprendida de que dentro del trabajo hubiera tantas interacciones de ese tipo entre sus compañeros sin que ella estuviera enterada. Tal parece que la vida real no es tan romántica como en los libros o comics que leía, ni tampoco tan simplona y complicada como en las novelas que sus hermanas veían.

—¿Qué hay de usted, señora Leonore? Sabemos que decidió no casarse de nuevo, pero, ¿nunca tuvo nada de acción después de eso?

—Claro que lo hice, tengo necesidades también— respondió ella, riendo suavemente y haciendo que la mente de Lily explotara por completo.

—¡Cuéntenos!— con fuerza, Emma exclamó aquello, siendo la más interesada, pues de todas, era ella la que sin lugar a dudas más experiencia y anécdotas tenia relacionadas con el sexo.

—Pues, cuando mi esposo murió no pensé en eso por mucho tiempo, y mi mente estuvo ocupada con Marely— Paris, Nancy y Emma soltaron un suspiro de enamoradas al recordar a la hija de Leonore, recordando como muy de vez en cuando visitaba el restaurante—, pero comencé a tener esa idea en la cabeza un poco después de entrar a trabajar al restaurante.

—¿Conoció a alguien?— mientras Anna parecía sonreír más ampliamente al escuchar a Leonore, Nancy y Paris preguntaron aquello al unisonó.

Mientras Las Hojas CaenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora