Capitulo 24

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               Se supone que pensar en esa posibilidad le parecía algo malo, incluso algo desagradable, pero su hermana mayor dio puntos fuertes para defender su postura. Tenía que admitir que por incómodo que le resultara, y por mucho que manchara la imagen que tenia de él, seguía siendo un hombre, y así como ella o cualquier otro, era fácil caer en la atracción física.

Esa mañana Lily se miró al espejo de cuerpo completo estando únicamente en ropa interior, repasó su aspecto en tanto detalle como pudo, no solo por las formas que tenia o sus tamaños específicos, quería ver detalles que nunca antes se tomó demasiado en serio. La suavidad de su piel, el tono de la misma, alguna imperfección evidente o quizá alguna cicatriz. Incluso revisó de manera concienzuda sus lunares y los enumeró mentalmente, o al menos eso hizo con los que estaban al alcance de su vista.

Miró sus labios y probó frunciéndolos, haciendo muecas de beso o simplemente sonriendo. Quería saber que tan diferente se veían sus labios en aquellas ocasiones, e incluso notó como el color de los mismos variaba con cada acción, aunque solo un poco y era a causa de la irrigación sanguínea que cambiaba si apretaba o aflojaba sus labios. No había necesidad, pero hizo muecas frente al espejo revisando cada milímetro en busca de arrugas. Naturalmente no encontró ninguna además de los pliegues naturales que surgían en su nariz ante ciertas expresiones.

Criticó su propia postura tanto al estar de pie como sentada y caminando. No sabía nada sobre eso, pero escuchó que la postura podía decir mucho sobre una persona, y temía que hasta ese momento ella estuviera evidenciándose por la forma en que permanece de pie o saluda. También reviso su larga cabellera y aunque descartó por completo la idea de cortarla, si pensó en que sería una buena idea despuntar su cabello, únicamente para mantenerlo sano.

Al final tuvo que hacer lo que no quería y con una extraña sensación interior trató de ver su cuerpo de una manera más sexual. Sus caderas se habían ensanchado muy poco durante la pubertad, y su cintura no era realmente delgada, por lo que hacía desaparecer aun más su cadera. Había escuchado algunas veces que las mujeres caderonas solían ser atractivas a los hombres de manera instintiva porque implicaba que podían tener embarazos y nacimientos sanos. Era algo muy estúpido en realidad, pero incluso su hermana mayor se lo mencionó, así que prefirió tenerlo en cuenta.

Por supuesto, Lily no planeaba tener hijos pronto, o alguna vez, pero se preguntaba si al tener unas caderas tan poco marcadas resultaría menos atractiva para Lincoln. Sus piernas eran delgadas y aunque no estaba escuálida en absoluto, ahora que se veía con detenimiento le parecía que sus piernas eran poco atractivas, eran, proporcionalmente hablando, apenas un poco más tonificadas que sus brazos, los cuales eran sin duda escuálidos. Omitió por completo su entrepierna, pues además de incomodarle, le parecía aún lejano preocuparse por mostrar algo así a quien sea.

Sujetó sus pechos, sintiendo un poco de orgullo al ser un par de buen tamaño. Aunque si era realista debía admitir que eran un par grande para ella, por tener un cuerpo pequeño y no tanto porque sean realmente grandes. Era solo que lo aparentaban. Y después de eso camino hasta su cama y se dejó caer sobre ella, aun en ropa interior, y boca abajo para soltar un grito que no se escucharía demasiado gracias a estar ahogado entre las sábanas y el colchón.

En verdad quería ser atractiva para Lincoln, pero no estaba segura de que fuera una buena idea utilizar su cuerpo para engatusarlo. Su hermana le aseguró que no era algo malo, a fin de cuentas se utiliza casi el cincuenta por ciento del cerebro en procesar lo que vemos, por lo que llegar a la mente de alguien sin duda funciona más si eres atractivo a su vista. Pero no quería empezar a usar ropa escotada o faldas demasiado cortas como le sugirió su hermana. No estaba acostumbrada a ello.

Quizá estaba tratando de ir demasiado rápido. Ella no sabía siquiera si Lincoln gustaba de ella, así que vestir de manera provocadora podría volverse algo incómodo si las cosas no salían bien. Y por sobre todo, Lily quería gustarle a Lincoln de una forma romántica, no que la viera únicamente con lujuria. Aunque era algo despectiva al hablar, podía entender a su hermana cuando le decía que los hombres suelen ser simples en gustos, pero que se contienen mucho por culpa de la forma en que la sociedad funciona.

Lincoln podría ya gustar de ella pero no se lo diría por un sinfín de motivos que su hermana le mencionó, pero si además de mostrar interés en él de manera romántica y personal, Lily también le mostraba algo de iniciativa siendo provocadora, seguramente él trataría de dar el siguiente paso. ¿Por qué debía ser él quien dé el siguiente paso? Pues según la hermana de Lily, porque él es el hombre y las costumbres sociales así lo indican. Lily pudo argumentar mucho en contra de tal pensamiento retrógrado, pero no lo hizo, la verdad tenía miedo de ser ella quien dé el primer paso, así que prefería provocar a Lincoln para que él lo haga, aun si eso significaba validar las ideas arcaicas de su hermana mayor.

De haberle preguntado a Lisa sobre esto seguramente habría arruinado todo con alguna conducta extraña, además de que habría contado al resto de sus hermanas sobre lo que sentía casi al instante. Y sería similar con el resto de sus hermanas, por lo que agradecía que a pesar de los años, la menor de las gemelas fuera aún una mujer encandilada por temas románticos y secretos íntimos.

Se puso de pie y fue hasta el closet en su habitación, no necesitó abrirlo, por fuera de la puerta del mismo colgaban las prendas que su hermana mayor le dijo que usara por ser las que más atractiva la harían ver. Contempló los conjuntos con cuidado y francamente no estaban nada mal, y ya que era su propia ropa, la cual ella eligió y compró, ninguna era vulgar ni nada parecido. Incluso uno de los conjuntos era algo que una de sus hermanas le confeccionó hacia algún tiempo.

Aunque era el más casual de los tres, Lily escogió ese conjunto que su hermana mayor hizo para ella pues consideró que se sentiría acompañada al llevarlo puesto. Después de acomodar su indumentaria, alegremente la vistió sobre si, considerando que pese a todo, ese conjunto era el que más estilo derrochaba, cosa que no era tan sorprendente considerando que fue su segunda hermana mayor quien amablemente le confeccionó aquello.

Cuando estuvo lista se sonrió frente al espejo, apreciando lo bien que se veía. Aquella maxi falda de paraguas con un diseño a cuadros muy cerrados en tonos blanco y turquesa era increíblemente bonita, especialmente por el moño decorativo que mostraba en la cintura, desfasado del centro hacia la derecha, con esos suaves pliegues a lo largo de toda la tela que impedían que la falda se viera plana. Y ese hermoso Top Crop con escote en forma de corazón, y un ribete fruncido que también tenía un nudo delantero, que para colmo tenia esas discretas mangas que cubrían sus hombros de manera elegante. Pensó incluso en usar un collar para acompañar su conjunto, pero al final decidió no hacerlo.

Decidió darle algo de cuerpo a su cabello dándole unos risos apenas perceptibles y dejó que cayera por su espalda. Aunque aquel Top Crop hacia resaltar mucho su pecho, no sentía la necesidad de ocultarlo bajo su cabello, pese a que bien podría hacerlo. Esa ropa era hermosa y creía que la hacía ver de la misma forma, por lo que lucir un poco sus pechos era algo que podía lidiar. Por último se puso unos zapatos de cuña con estilo romano, y que tenían una plataforma tan escaza que bien podrían confundirse con sandalias.

Se veía hermosa sin duda, y se preguntaba que reacción tendría Lincoln al verla, era la primera vez que la vería vistiendo así, pues normalmente era algo descuidada con su apariencia, mientras que esta vez incluso se dio una capa de maquillaje decente. Estaba emocionada, pero también nerviosa, pero si lo que su hermana mayor decía era mínimamente cierto, haría que Lincoln se sienta atraído por ella con esa ropa, al menos un poco más de lo normal.

Cuando abrió la puerta de su entrada para recibirlo, ni siquiera el maquillaje pudo disfrazar el rubor en su rostro al verlo, estaba vestido de una forma muy alejada a la suya, usando una playera común y jeans negros con unos tenis algo viejos. Parece que la invitación que le hizo no era tan importante como ella pensó, lo malinterpretó y ahora estaba vestida de una forma que seguramente sería algo exagerada para el lugar al que la llevaría.

Al menos se sintió conforme al ver como los ojos de Lincoln estaban abiertos de manera algo exagerada mientras su expresión de sorpresa iba de arriba hacia abajo mientras la paneaba por completo. Su hermana tenía razón, Lincoln se quedo sin palabras al verla por fin arreglada. Una victoria y una derrota ese día, por lo que Lily decidió ser positiva y asumió aquella cita como una buena.

Mientras Las Hojas CaenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora