Al salir de aquel hogar, Lincoln estuvo tentado a azotar la puerta con fuerza para expresar todo el enojo que sentía en ese momento. No era la primera vez que se molestaba de esa manera, y tampoco era la primera vez que la causa de su molestia fueran las acciones de su hermana mayor. Ya en el pasado, y también en muchas ocasiones, ella se había encargado de molestarlo o asustarlo hasta el punto en que él se sentía tentado a expresarle palabras de odio.
La mayoría de las veces, Anna hacia las cosas de manera premeditada y también con mucho dolo, lo cual Lincoln no podía criticar con mucha severidad, pues la conocía bastante bien y sabia que ella era así desde hace años, y en especial con él. Podía recordar con mucha claridad todas aquellas veces en que ella, siendo aun muy joven y llena de celos, le causaba graves problemas con tal de mantenerlo alejado. Así mismo podía recordar con facilidad aquellas ocasiones en que hacía lo mismo únicamente con la intención de divertirse al verlo pasar por penurias.
Sabía que estaba mal, pero lo cierto es que Lincoln ya se había acostumbrado a aquellos tratos y aceptó de buena gana aquel peculiar y muy nocivo comportamiento de su hermana mayor, principalmente porque la quería, y también porque la seguía amando. Aunque también sabía que era poco relevante hacer queja de sus comportamientos, pues ni sus propios padres eran capaces de mantener a raya aquellos actos y por lo visto, aunque era muy retorcido y bastante preocupante, su sentido del humor tan conspicuo no parecía representar un problema real en su estado mental según los terapeutas.
Anna solo era alguien que, pese a tener una mentalidad y desarrollo muy normal e incluso maduro para su edad la mayoría de su vida, tenia aquella fuga de estrés que se aliviaba únicamente siendo alguien rara y nociva.
Pero esta vez Lincoln no podía justificarla solo con eso, lo que hizo no fue un acto consiente para molestarle ni tampoco una broma pesada que careciera de consecuencias importantes. En lugar de eso Anna cometió un acto de negligencia que podría haberle costado su estabilidad a ambos, sus vidas tal como las conocen y puede que hasta su relación con sus padres.
O puede que no, realmente su juicio estaba bastante nublado por el susto y la molestia.
Se mantuvo sentado en el auto por un buen rato antes de siquiera pensar en regresar a casa. Encendió el vehículo, pero únicamente para poner algo de música y tratar de calmarse con ello. Mala idea cuando lo primero en sonar fue aquella música que Anna tanto amaba, pero que a Lincoln solo le provocaba un estado parcialmente amargo. Dejó que sus emociones se apaciguaran solas con el paso del tiempo y cuando estuvo más tranquilo, condujo hasta la farmacia más cercana.
Era cierto que Lincoln, siendo tan complaciente y tan endeble, difícilmente mantenía una postura hostil hacia nadie, especialmente hacia Anna siendo ella alguien a quien tanto amor le guardaba. Por ello, para el momento en que aquel empleado de mostrador le entregó el medicamento que solicitó, él ya estaba repasando lo que sucedió en su mente, tratando de excusar a su hermana por aquel comportamiento tan arriesgado y tan incorregiblemente descuidado.
De hecho, sería una buena idea simplemente no hacer un lio más grande de aquel incidente, al menos no hasta que aquel evento especial diera lugar. Sus padres se estaban esforzando por hacer todos esos arreglos para darle la sorpresa a su hija y Lincoln se sentía feliz de ser parte de aquellos preparativos, así que igual era mejor no hacer una escena más grande y dejar que todo pase dándole una reprimenda y limitándose a no intimar con ella por un buen rato. Siendo como era, a ella eso le serviría como escarmiento.
Subió de nuevo al auto y manejó de regreso a casa de Anna, debía entregarle aquel medicamento y también hablar un poco sobre lo sucedido, pues aunque ya estaba calmado y había decidido dejarlo pasar, era algo que no podía dejarse a la ligera. Después de todo si ella mantenía aquel descuido sin avisarle, sus vidas podrían haberse... ¿arruinado?
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Mientras Las Hojas Caen
FanfictionAntes de pensar en tu futuro, es buena idea dejar atrás tu pasado...