La Venganza (+21)

Capítulo 39

«Nunca es demasiado tarde para mandar a alguien al infierno»

Alessandro Bonardi.

Llegamos al lugar, un evento mafioso en Corea, lo que ellos no saben es que la mafia King asistirá, quiero verles las caras a esas malditas ratas asquerosa, muchos se han escondido de nosotros para no unirse, y me causará mucha risa cuando nos vean.

Bajamos de la limosina de Seuyun Kim, Fulga abre la puerta mientras que sale primero Paula y luego nosotros, Maximiliano le ofrece el brazo y ella con un sonrisa se lo toma mientras que yo me meto ambas manos en mi bolsillo y camino como si fuera un maldito Dios griego.

Siento la mirada de algunos hombres, otros lo saludo con una leve inclinación de cara mientras nos miran sorprendidos, cuando entramos al lugar, veo al anfitrión hablando con algunos hombres.

- Max, allá... - señalo con un movimiento de cara - a mi derecha, está Damián.

- Yo iré hasta él - le digo y el siente llevándose a la mujer al otro lado de la sala.

Mientras camino se me acerca un camarero con vasos de whisky, tomo uno y sigo andando hasta él.

- Buenas noches Caballeros - alzó la voz gruesa para que me oigan, los cuatro hombres se giran.

- ¡Vaya! No esperaba a la Mafia King - dice Damián estrechando la mano.

- ¡Sorpresa! - le respondo sarcástico.

Él frunce las cejas ya que, no le gusto nada mi respuesta, nos quedamos varios segundos mirándonos y estrechamos de las manos hasta que él mismo rompió con la tensión.

- Bonardi te presento mis grandes socios - Les estrecho las manos a los caballeros, los tres hombres se presentan, escucho sus nombres y asiento como si me importara.

Después de un rato hablar con ellos de temas aburridos, escucho dos mujeres detrás de mi hablar.

- Hace dos noches me acosté con Ki-tae.... Él pobre estaba triste - Se ríen.

- Ki-tae triste?... eso es nuevo, ese maldito hombre no tiene sentimientos - dice la otra con voz burlona.

- Si, al parecer mataron a la estúpida de Sara, dejándome el camino libre, mañana me iré con él y lo consolaré.

- Enséñale como se folla realmente - se ríen mientras se alejan.

Miro hacia atrás y rápidamente me despido de los hombres y me voy detrás de esas mujeres, ellas entran al baño y yo entro también haciéndome el confundido, ellas me miran con ojos perplejos.

- ¡Oh lo siento señoritas! Estoy bastante tomado.... ¡Dios! me he confundido de baño - digo fingiendo pena inocente.

- Tranquilo, eso suele pasar - dice la mujer de cabello negro con algo de sobrepeso sosteniendo una copa mientras que la otra se vuelve para terminar de arreglar su exagerado maquillaje.

Salgo del baño y me quedo afuera, cuando salen las mujeres, las persigo con una distancia prudente, ellas se sienta en una mesa redonda de dos personas, el camarero les deja una botella de champagne mientras yo me les acerco.