La Venganza (+21)

Capítulo 5

«No necesito amigos, necesito aliados»

Alessandro Bonardi.

En medio de todo el desastre viajo a Japón, listo para tomar lo que me pertenece. Esa hechicera, esa Topolina.

Leí hace poco su nueva crítica pero lo que más note es su identificación ridícula, se hace llamar “Gastronomica Feliz”. ¿Quien coño se pone ese nombre? ¿de que se oculta? Mei tiene habilidades especiales, además una excelente puntería.

Cuando llegamos al lugar, observo que las casas no parecen mansiones ni tampoco son hogares como estamos acostumbrados de ver, le pregunto al chófer que tipo de casa son esa y el me explica que son casas tradicionales, llamadas minka.

Estas casas incluye pisos de tatami, puertas corredizas y terrazas de madera que rodean la casa, me siento como si estuviera en un puto anime.

Hay bastante forestación alrededor y es de clima frío, huele a césped recién cortado y a flores silvestres.

Cuando bajó de la limosina cuento los hombres que hay en la entrada, son 10 en total, todos vestidos de negro armados y con Katanas.

«Me agrada».

Les digo mi nombre y uno de ellos me anuncia por el auricular, esperamos unos segundos y ya nos estan abriendo las puertas

Takahashi está de pie en la entrada de la casa con su esposa, esperándonos.

— Bienvenido Alessandro.— Nos estrechamos las manos cuando estoy apunto de entrar la servidumbre me detiene poniendo un par de alpargatas, me quedo por unos leve segundo mientras trato de entender, la anciana  me explica que es de mala educación ensuciar el suelo de la casa ajena.

Me parece una estupidez pero son cultura que debo respetar, me quito los zapatos y se lo entrego a la servidumbre, mientras  que Fulga se queda afuera.

En el centro de la casa hay unos cojines y una mesa bastante bajita, Takahashi y su esposa me dice que tome asiento, me acomodo el pantalón y me siento quedando enfrente de ellos.

— ¿Quiere que le sirva té? — Pregunta la señora Takahashi.

— Si, gracias.

— Me alegra que nuestra hija tenga un esposo tan educado como tú, espero y no te decepciones... ella es un poco....

— Ella es de mecha corta — recalca Takahashi, ambos se dan una mirada de complicidad al tiempo que se ríen, por otro lado yo me siento un poco incomodo con su afecto de amor.

— ¡Oh!, Allí viene nuestra hija — anuncia la señora Takahashi con emoción en su voz.

Me levanto girando mi cuerpo a su dirección, la veo, de abajo hacia arriba, usa un traje de cuero negro cuerpo completo, trae dos Katanas en su espalda, y lo último que miro es su cara, ese rostro tan familiar, el puto dolor de bolas, la bruja que me ha estado jodiendo en los últimos días, mi preciosa esposa.

Ella me mira como si no me conociera, «está mujer como le gusta hacerse la loca.»

Ella llega a nuestra ubicación saludando a sus padres primero ignorando mi presencia.